Actualizado 19/03/2008 18:49

El CICR alerta de que el sistema de salud en Irak está "peor que nunca" y de la falta de acceso a agua potable

Denuncia que sólo hay 30.000 camas hospitalarias, cuando harían falta 80.000, y las amenazas y persecución al personal sanitario

MADRID, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -

La situación humanitaria en Irak sigue siendo "una de las más críticas del mundo", el sistema de salud "está peor que nunca" y la gran mayoría de los iraquíes tienen problemas para acceder a agua potable. Estas son algunas de las conclusiones del último informe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) publicadas esta semana con motivo del quinto aniversario del inicio de la guerra en Irak.

Según este organismo, a pesar de "ciertas mejoras" por lo que respecta a la seguridad en algunas zonas, la violencia armada sigue teniendo desastrosas consecuencias. "Las hostilidades continúan causando la muerte de personas civiles y muchos heridos no reciben una atención médica apropiada" a lo que se suma, según el informe, el hecho de que para millones de personas, "el abastecimiento de agua es insuficiente y de mala calidad", debido a la falta de mantenimiento de las plantas de abastecimiento de agua y de tratamiento de aguas residuales, así como al escaso número de ingenieros.

Tras cinco años de guerra, muchos iraquíes no tienen acceso a la más mínima atención sanitaria, falta personal cualificado y el mantenimiento de muchos hospitales y centros de salud ha sido deficiente. Ante las precarias condiciones de seguridad en el país, muchos enfermos y heridos "no tienen posibilidad alguna de recibir asistencia médica", denuncia el CICR.

Además, en algunas zonas, es sumamente difícil prestar servicios médicos de urgencia o transportar material y equipamiento médico a causa de los numerosos puestos de control en las carreteras y los toques de queda que restringen el tránsito de personas y vehículos, explica el informe.

Algunos iraquíes han optado por acudir a clínicas privadas, donde los servicios son más seguros, pero también muy onerosos, por lo que están fuera del alcance de la mayor parte de la población. Según este organismo internacional, en el sector privado, una consulta cuesta normalmente entre dos y siete dólares, según el servicio, mientras que normalmente los iraquíes suelen ganar menos de cinco dólares al día.

A todo esto se suma el hecho de que con frecuencia faltan los medicamentos y otros suministros médicos esenciales y el que los servicios de urgencia y los quirófanos se ven desbordados en situaciones en que hay muchas víctimas --por ejemplo tras algún atentado--.

FALTA DE CAMAS

Según el CICR, en Irak existen en la actualidad 172 hospitales públicos con una capacidad de 30.000 camas --"muy por debajo de las 80.000 camas que harían falta"--, así como 65 hospitales privados. La mayoría, precisa, fueron construidos hace más de treinta años y no reúnen las condiciones mínimas. En todas partes, salvo en el norte del país, es necesario reemplazar y refaccionar, respectivamente, el equipamiento y los establecimientos médicos, pero la precaria situación de seguridad, imposibilita proceder a un mantenimiento apropiado.

A esta situación también contribuye "la falta de personal sanitario cualificado y con experiencia". Además, precisa el CICR, como muchos otros iraquíes, los médicos, enfermeros y sus familias corren el riesgo de que los secuestren o los maten, y algunos han sido amenazados. En este sentido, según fuentes oficiales iraquíes, desde 2003, se ha dado muerte a más de 2.200 médicos y enfermeros y más de 250 han sido secuestrados. De los 34.000 médicos inscritos en 1990, por lo menos 20.000 han abandonado el país.

Todos estos datos llevan al CICR a asegurar que "actualmente, el sistema de salud iraquí está en peores condiciones que nunca", si bien reconoce que ya había comenzado a deteriorarse mucho antes de 2003. Por ello, insta a "proteger mejor contra las consecuencias de la guerra al personal sanitario y las instalaciones donde trabajan" y a "emprender nuevos esfuerzos no sólo para mantener y mejorar las instalaciones sanitarias, sino también para desarrollar los conocimientos y la capacidad del personal sanitario".

AGUA POTABLE

Por otra parte, el informe hace especial hincapié en la falta de agua potable y su escasa calidad. Según el CICR, "muchos iraquíes están obligados a abastecerse en fuentes de agua insalubres" debido entre otras cuestiones al crecimiento de la población, el alza de precios, las precarias condiciones de seguridad y la falta de personal calificado para mantener y reparar las instalaciones de agua y saneamiento.

Según el Comité Internacional, durante el año pasado, la situación no dejó de empeorar, excepto en algunas zonas en el sur y en el norte del país, donde aumentó la producción de agua potable. El CICR achaca el inadecuado abastecimiento de agua y el tratamiento y la eliminación insuficientes de las aguas residuales a la falta de mantenimiento de la infraestructura, a la escasez de ingenieros y de mecánicos experimentados, así como al mal empleo que se hace del equipo y a las averías.

Además, añade, hay otros factores causantes de la deficiente calidad de gran parte del agua, entre los cuales las tomas clandestinas que se hacen en el sistema de abastecimiento de agua, las anticuadas redes de cañerías que no protegen el agua de la contaminación, y la frecuente incontinuidad en el suministro de los productos químicos necesarios para el tratamiento y la desinfección del agua. Además, las plantas de tratamiento de agua, a menudo, no funcionan debidamente porque se avería el equipo y no hay un suministro regular de electricidad.

El cloro, resalta el CICR, es esencial para la esterilización del agua potable, sin embargo, puesto que puede utilizarse en la fabricación de bombas y de otras armas, hay restricciones en su distribución, lo que obliga a muchas personas especialmente en algunas partes de Bagdad, Salahedin, Diyala y Nínive, a bombear el agua sin tratar, directamente de ríos o pozos.

El organismo internacional alerta además del hecho de que los sistemas de alcantarillado están tan deteriorados que hay verdadero peligro de que el agua potable se contamine con las aguas residuales y considera que "el brote de cólera en 2007 es sólo un indicio del peligro inminente que actualmente se cierne sobre los iraquíes".

"Las autoridades y las organizaciones humanitarias tomaron efectivamente medidas para atajar el brote de la enfermedad, pero, la situación seguirá empeorando, si no se hace un mantenimiento adecuado a la infraestructura y se da a conocer a la población el peligro que implica usar el agua que no ha sido tratada", advierte el informe.

"Para impedir que empeore la crisis, es necesario redoblar los esfuerzos para atender a las necesidades básicas de los iraquíes. Es primordial que cada hombre, mujer o niño iraquí pueda recibir atención sanitaria y médica, abastecerse de agua potable y contar con servicios adecuados de electricidad y saneamiento", subraya el CICR.

Además, concluye "todos los que participan en el conflicto y los que pueden influir en ellos deben hacer todo lo posible por que las personas civiles, así como el personal y los establecimientos sanitarios, no sufran los efectos del conflicto". "Es una obligación que impone el derecho internacional humanitario y se aplica a todas las partes en un conflicto armado, sean Estados, sean actores no estatales", argumenta.