LONDRES, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
La ONG Landmine Monitor, que se encarga del control de minas terrestres, ha denunciado este miércoles que a pesar de las grandes extensiones de tierra que se han despejado, la colocación de minas antipersona alcanzó su máximo en 2010 tras los peores registros alcanzados en 2004 sobre el uso de este armamento.
Los gobiernos de cuatro países que no han firmado el tratado para prohibir este tipo de armas --Siria, Libia, Birmania y Pakistán-- se han colocado en los primeros puestos donde se han situado más minas antipersona. Los grupos rebeldes en Afganistán, Colombia, Birmania y Pakistán también están a la cabeza del uso de estos dispositivos.
El martes, las autoridades colombianas anunciaron que tres soldados de su Ejército murieron en el suroeste del país por minas antipersona colocadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de colombia (FARC).
La organización Landmine Monitor también destaca que en 2010 se consiguió el mayor número de fondos obtenidos hasta ahora, con 407 millones de euros, para ayudar a las víctimas.
La directora del programa de control de minas de la ONG, Jacqueline Hansen, explicó que "en estos duros momentos, los gobiernos están mostrando su compromiso de acabar con las minas terrestres en el mundo continuando con la financiación de los esfuerzos para quitar minas y ayudar a los supervivientes". El 80 por ciento de todos los países del mundo --158 naciones-- han firmado el tratado de Ottawa que prohíbe las minas.
En 2010, se alcanzó el récord de despejar 660 kilómetros cuadrados de minas antipersona, destruyendo más de un millón de minas y otros dispostivos sin explotar. Desde hace años, el número de fallecidos por este tipo de armamento se ha ido reduciendo, aunque todavía se registraron más de 4.000 muertos en todo el mundo por la explosión de una mina.
Sin embargo, Loren Persi-Vicentic, de Landmine Monitor, señaló que el número de heridos se ha ido incrementando cada año. "Solo el 9 por ciento de los fondos de minas antipersona están destinados a ayudar a este número creciente de supervivientes, que requieren asistencia para el resto de sus vidas", añadió.