MADRID 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
Campanas de iglesias de todo el mundo repicarán el próximo 13 de diciembre en favor de la "justicia climática" coincidiendo con el tramo final de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático que se celebrará en Copenhague y que debe acordar un nuevo pacto mundial de reducción de emisiones de CO2 que sustituya al Protocolo de Kioto. Esta acción forma parte de la campaña lanzada hoy por la Red de Organizaciones Católicas para el Desarrollo (CIDSE), de la que forma parte Manos Unidas.
Bajo el lema 'Siembra un clima de Justicia', estas asociaciones quieren mandar una "una poderosa señal para los líderes reunidos en Copenhague de que el momento es ahora y que el mundo está observando".
Así lo explicaron durante la presentación de la campaña en Madrid, el periodista y colaborador de Manos Unidas, Carlos de Prada, propuso que "se indemnice a los países del tercer mundo por los daños ocasionados por los gases contaminantes emitidos desde el mundo desarrollado". "Ayudar a muchos países pobres a superar los efectos de nuestra contaminación no es equivalente a dar una limosna sino pagar por los daños que hemos hecho, es simple justicia", aseguró De Prada, que añadió que "es un momento clave para presionar desde los países desarrollados para que los gobiernos se comprometan con medidas concretas".
Por su parte, el secretario general de CIDSE, Bernd Nilles difundió, a través de un video, "un mensaje de urgencia, pero también de esperanza". En esta línea, subrayó el papel de España como "un país importante de la UE que conoce bien las amenazas del cambio climático, al ser uno de los países más vulnerable de Europa". "Al presidir la UE el próximo año está bien posicionada para jugar un papel de influencia", concluyó.
Mientras, el responsable de Campañas de Manos Unidas, Marco Gordillo, advirtió de que la organización "nunca había trabajado en cuestiones ecológicas y climáticas" ya que están fuera de su programa, pero explicó que "no se puede hablar de cambio climático sin hablar de desarrollo, por lo que esta campaña encaja perfectamente en la lucha contra el hambre y la pobreza".
Gordillo señaló que los puntos básicos de su posicionamiento son "reconocer y apoyar el derecho a un desarrollo sostenible de los países en desarrollo, garantizar recursos y tecnología para que puedan adaptarse a los impactos del cambio climático y lograr la disminución de un 40 por ciento en emisión de gases invernadero para 2020, en relación a los niveles de 1990".
Por otra parte, el jefe de la Oficina de Información de la FAO en España, Germán Rojas, detalló la "geografía del hambre", en la que el cambio climático está "empezando a jugar un papel determinante". "Los hambrientos del mundo van a más, hemos superado la triste barrera de los 1.000 millones", aseguró a la vez que apuntó como principales focos a Asia, con 642 millones de afectados; y África, donde "uno de cada tres personas vive en situación de hambruna".