MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Cruz Roja ha ampliado este año a 88 el número de unidades móviles de emergencia social con que cuenta (82 el pasado año). Se trata equipos especializados con los que da asistencia y apoyo a las personas en situación de extrema vulnerabilidad, que están en situación de calle.
En lo que va de año la organización ha atendido ya a 20.056 personas (un 81,5% son hombres y un 18,5% mujeres), según ha informado la ONG en un comunicado, publicado con motivo del Día Europeo del Sinhogarismo que se celebra este sábado.
El sinhogarismo es un fenómeno social al que se ven abocadas muchas personas por distintos motivos, tales como, según el Instituto Nacional de Estadística, la pérdida del empleo (26,8%) el desahucio de una vivienda (16,1%), la falta de recursos económicos (14%) o la ruptura de una relación de pareja (14%), entre otros.
En aquellos casos más cronificados de sinhogarismo, la esperanza de vida puede llegar a ser hasta 25 años menor que la de una persona que no la ha sufrido, con un deterioro físico y cognitivo acentuados.
Cruz Roja Española cuenta en la actualidad con 732 plazas en los dispositivos de alojamiento temporal que gestiona en 16 provincias, y otras 623 en 30 Centros de Día en trece provincias, donde ofrece servicio de comedor, ducha y lavandería entre otras opciones a las personas sin hogar.
Esta actividad de atención al colectivo, al igual que las Unidades Móviles de Emergencia Social (UES) que actúan básicamente en entornos urbanos, son posibles gracias a la implicación de 6.510 personas que hacen voluntariado en este proyecto que Cruz Roja Española desarrolla en coordinación con las autoridades locales en las provincias en que se implementa.
Evitar la cronificación del sinhogarismo en aquellas personas que no llevan un año viviendo en la calle (un 40,5% del total llevan más de tres) es uno de los retos más importantes de Cruz Roja para ayudarles a reducirlo o a hallar opciones que les permitan romper ese círculo.
El sentimiento de soledad que afirman tener se dispara hasta un 43,2%, frente al 10,1% de media de la población general, según el Boletín de Vulnerabilidad nº29 de Cruz Roja, en el que la Organización analizó la discriminación y vulnerabilidad del colectivo.
"Lo que más duele a muchas de las personas en su situación no suele ser el hambre, el frío u otras carencias que padecen, sino la invisibilidad que sufren o la indiferencia que muestra la gran mayoría de las personas que les ven. Muchas personas que se encuentran con quienes sufren sinhogarismo buscan casi de manera inconsciente alejarse de ellas lo antes posible", ha señalado la responsable del programa de Cruz Roja que atiende a este colectivo, Concepción Herreros.
Aunque manejan muchos datos sobre las personas en sinhogarismo, Herreros asegura que "no hay un perfil definido y cualquier persona es susceptible de verse en esa situación en un momento dado de su vida".
Muchas de las personas que viven en situación de calle tienen todavía muy vivo el recuerdo de una vida normal. Un 65% de ellas cuentan con estudios de secundaria, un 11,3% con estudios superiores y sólo un 23,8% tienen estudios primarios o inferiores.
Por edades, el grupo mayoritario de personas en situación de calle tienen entre 45 y 64 años (43,3%) y destaca también el colectivo de personas jóvenes de entre 18 y 29 años de edad (21,1%).
Un 75% de las personas que sufren sinhogarismo suelen vivir solas (88,7%), pernoctan en albergues, pisos de acogida temporal, hostales* y un 25% en espacios públicos tales como parques, portales, cajeros y accesos a comercios. En estos lugares suelen también pasar la noche las personas sin hogar que conviven con mascotas (un 11,5% del total). Gracias a la compañía de sus animales, sólo un 23,2% de ellas siguen afirmando sentir soledad.
La ONG señala que, "contrariamente a lo que se piensa, las personas sin hogar son en muchas ocasiones las verdaderas víctimas de delitos de odio y violencia". Un 50,3% de ellas ha sufrido algún asalto con violencia, si bien las agresiones más frecuentes han sido los robos, insultos y las amenazas.