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MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
Encarni Escobar Priego lleva trabajando 14 años en el mundo de la cooperación, de los cuáles 12 años han sido en Manos Unidas. A pesar de haber empezado su carrera profesional en otro sector, asegura que "enseguida" se dio cuenta de que eso no era lo que quería hacer. "Fue cuando conocí y encontré lo que es mi vocación", cuenta. Y es que para Encarni la cooperación está ligada a la justicia ya que está convencida de que todas las personas tienen los mismos derechos.
Tras vivir una temporada en Honduras y en el sur de Senegal, pasó a estar en la sede de Manos Unidas gestionando proyectos financiados con fondos públicos. "Lo que más me gusta de mi profesión son los valores que se aprenden de otras culturas, el compartir con la gente con la que trabajamos, el ver cómo poco a poco, con el apoyo de pequeños proyectos van mejorando sus vidas, van haciéndose más autónomos, van tomando la valentía y el coraje de avanzar por ellos y por sus familias", afirma. No obstante, reconoce que su trabajo tiene una parte dura, como cuando por un conflicto armado, un golpe de Estado o una catástrofe natural, "se trunca una dinámica de desarrollo, un proceso y supone un retroceso", explica.
En esta última década, Encarni cree que la cooperación ha evolucionado mucho, sobre todo, a nivel técnico, en cuanto a la profesionalización del sector, al acercamiento a las poblaciones y a la transparencia. Sin embargo, lamenta el "enorme" recorte en los recursos, sobre todo, debido a la crisis. "En Manos Unidas también lo hemos sufrido pero tenemos la particularidad de que más del 85 por ciento de nuestros fondos son privados, la mayoría de familias y socios que mensualmente aportan su granito de arena a esta causa", explica.
Además, cree que ha habido un cambio de mentalidad en la forma de llevar la ayuda al desarrollo al Tercer Mundo. "Hace unos años había una cooperación más paternalista, asistencial, lo cuál ahora se está reduciendo y está trabajando mucho en que cambie porque no es la manera de apoyar de verdad", afirma. El modelo que se está desarrollando promueve cada vez más los llamados intercambios Sur Sur, entre diferentes socios locales de diferentes poblaciones que se pueden aportar mucho porque están en contextos similares. "Ellos son los que eligen su desarrollo, no tienen que llegar a nuestro desarrollo, a nuestro mundo, porque nuestro mundo no es el mejor para nada", concluye.
Por ello, su sueño es que no tenga más trabajo, que haya menos desigualdades y que las nuevas tecnologías ayuden a que las personas se puedan acercar a otras realidades. "Que veamos a las personas que están lejos no como 'aquellos', sino como 'ellos', hermanos, seres humanos igual que nosotros", afirma.
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Este video forma parte del especial #10AñosEPsocial que recopila 10 reportajes que analizan la evolución de diversos temas sociales en la última década y el proyecto '10 años, 10 voces' donde se da voz a los protagonistas de los colectivos sobre los que informa EPSocial