MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
Entreculturas y el Servicio Jesuita al Refugiado (SJR), a través de la Red Mundial de Oración del Papa, han lanzado una campaña para invitar a los ciudadanos a unirse a la intención de oración del Papa Francisco para que no haya en el mundo ni un solo niño soldado. Para ello, han lanzado un manifiesto que ya ha sido firmado por más de 140 personas.
"Nos unimos al clamor del Papa para que los gobiernos hagan todo lo posible para que se respete la dignidad de los niños; y terminar con esta forma de esclavitud", reza el manifiesto, presentado con motivo del Día Internacional contra la Utilización de Menores Soldado, que se celebrará el próximo domingo 12 de febrero.
Además, los firmantes piden que se proteja a los menores de los conflictos armados, del acceso a las armas y de la violencia física y sexual; que se garantice un trato igualitario a todos los niños y niñas; y que se respete su derecho a la educación gratuita en las zonas de conflicto, a la salud e higiene.
Con el apoyo a este manuscrito, se muestra la adhesión a la intención del Papa Francisco de rezar y movilizarse por la causa de los menores soldado que se calcula que son unos 250.000 en 17 países del mundo. Esta fue la intención de oración del Pontífice de diciembre.
Cada mes, Francisco confía a su Red Mundial de Oración del Papa intenciones que expresan los desafíos por la humanidad y por la misión de la Iglesia y las transmite al mundo a través de 'El vídeo del Papa', con el que realiza una convocatoria para transformar la oración en gestos concretos.
NIÑOS DESPLAZADOS, UN "BLANCO FÁCIL"
Según advierten Entreculturas y el JRS, a menudo hay una estrecha relación entre el desplazamiento forzado y el reclutamiento forzado de menores pues los niños desplazados que carecen de protección y educación se convierten en "un blanco fácil".
Estos menores, algunos de ellos con menos de seis años, son forzados a luchar y matar, utilizados como mensajeros en actividades de espionaje y apoyo a grupos armados, se ven envueltos en actividades ilícitas como la producción de drogas y, en ocasiones, sufren explotación sexual.
La ONG jesuita y el JRS denuncian que muchos de ellos mueren, son gravemente heridos o acaban prisioneros. "Son víctimas de constantes abusos que les transforma en personas violentas lo que hace que su reinserción en la sociedad sea un enorme desafío", alertan.
A través de la campaña, también se invita a colaborar con los proyectos de Entreculturas y del Servicio Jesuita a Refugiados que promueven programas de escolarización que protegen a estos menores de la violencia del entorno, en países como República Centroafricana, Sudán del Sur o Colombia.