MADRID, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -
Estíbaliz Táboas Pazos, cooperante española expatriada en Ecuador, trabaja en un proyecto para mejorar las condiciones de vida de las familias campesinas, ejecutado por la Fundación Maquita y financiado por la ONG Manos Unidas y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Asegura que la principal satisfacción de su día a día es "descubrir a mucha gente excepcional, con iniciativas maravillosas, gente buena y generosa, campesinos y campesinas con ganas de cambiar el mundo".
En una entrevista con Europa Press, con motivo de la celebración este domingo 8 de septiembre del Día Internacional del Cooperante, esta española, que trabaja en el ámbito de la educación y la cooperación internacional desde hace una década, subraya que mientras esta labor no se considere política de Estado, "con contenidos, presupuesto y medios", no existirá en la sociedad española "un verdadero reconocimiento".
Por eso cree que este día es importante no sólo para poner en valor el trabajo de los cooperantes, sino también para seguir reivindicando los "problemas" de este colectivo "pendientes de solución". Pero mientras estos asuntos se debaten en otros foros, Estíbaliz Táboas se centra en hacer su trabajo para el que son necesarios los conocimientos técnicos y una formación especializada, pero también "la motivación, empatía, capacidad de adaptación a contextos culturales diferentes y de escucha y negociación".
El proyecto en el que trabaja parte de las "inequidades" que, según explica, existen entre el campo y la ciudad en Ecuador, entre los productores y consumidores y entre mujeres y hombres. Un tema, a su juicio, "actual y urgente".
"En Ecuador, la brecha en cuanto a la incidencia de la pobreza entre el campo y la ciudad es amplísima", asevera esta cooperante, que subraya que mientras las familias campesinas producen aproximadamente el 70% de los alimentos que se consumen en el país, sin embargo, "no tienen garantizadas las condiciones de vida dignas ni los ingresos económicos suficientes".
CAMPESINAS POBRES, VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA Y SIN ACCESO A SERVICIOS
Además, Estíbaliz explica que, en este contexto, las mujeres se encuentran en una situación de mayor desventaja a la hora de ejercer sus derechos, sobre todo las más empobrecidas, que en muchos casos son víctimas de violencia y tienen problemas para acceder a información, recursos y servicios.
Frente a esta problemática, su proyecto propone soluciones tecnológicas para reducir la brecha de género en el acceso a oportunidades productivas; la puesta en marcha de 'sistemas participativos de garantías', mediante los cuales los agricultores se responsabilizan solidariamente de las prácticas de los demás, y campañas de sensibilización sobre consumo ético y responsable, entre otras.
Buena parte del trabajo de esta cooperante consiste en elaborar y supervisar documentos técnicos y participar en reuniones de coordinación con miembros del equipo local y con representantes de otras organizaciones en su oficina en Quito. Pero lo que más le motiva es viajar a las tres provincias donde se lleva a cabo este proyecto y trabajar con los equipos territoriales, con familias campesinas y con representantes de gobiernos locales y universidades: "Ahí descubro a la gente excepcional que trabaja impulsando iniciativas maravillosas y necesarias y que son agentes de cambio allá donde vayan".