VALENCIA 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
El fundador de la ONG 'Sonrisas de Bombay', Jaume Sanllorente, destacó en Valencia que "no hace falta ir muy lejos para cambiar el mundo". En su opinión, "la cooperación internacional empieza en el ascensor de nuestra casa regalando una sonrisa a la persona anónima que nos encontramos en el ascensor". "Haciendo pequeñas cosas es como se consigue la coherencia en el mundo", subrayó.
Jaume Sanllorente participó hoy en el I Congreso de Jóvenes 'Lo que de verdad importa', organizado por Además Proyectos Solidarios, con el patrocinio de la Fundación Repsol, Bancaja y la Fundación Rafael del Pino. Además cuenta con la colaboración de la Fundación Dasyc, según informaron fuentes de la organización en un comunicado.
Sanllorente explicó que hace cinco años dejó su vida de periodista en Barcelona para evitar el cierre de un orfanato en la India, convencido de que "una sonrisa puede cambiar la vida de muchas personas". Con esta opinión fundó la ONG 'Sonrisas de Bombay' que actualmente ayuda a cerca de 6.000 niños de las calles de la ciudad.
Ahora está amenazado de muerte por las mafias de Bombay por su lucha pacífica contra la prostitución infantil. Sin embargo, considera que "merece la pena el sacrificio para conseguir que 6.000 niños tengan una vida digna, lejos de la prostitución y la explotación infantil".
Sanllorente, ante cerca de 1.500 jóvenes en Valencia, indicó cómo se sintió al conocer que uno de los destinos asegurados para los niños huérfanos de Bombay es la prostitución. "Me avergoncé de ser humano, ser tan egoísta y permitir que exista algo así. Me sentí directamente culpable", manifestó.
Así es como este periodista de Barcelona empezó a investigar la situación y conoció un orfanato que iba a cerrar sus puertas en una semana. Cuando supo que las mafias de la ciudad sabían que iba a cerrar y estaban esperando recoger a esos niños para prostituirlos tuvo "claro" que "tenía que hacer algo para evitarlo", destacó.
Dijo que ha "perjudicado" a las mafias y aseguró ser consciente de la posibilidad de ser asesinado. "Sé que existe esa posibilidad, pero si ahora mismo se acabara mi vida habría merecido la pena porque 6.000 niños habrían escapado de un futuro fatídico". "Si he entregado mi vida a los niños de Bombay por qué no entregarles mi muerte", sentenció.
Cuando vio aquel hospicio "sólo pensé que tenía que hacer algo", aseguró. Dejó su vida anterior para evitar el cierre de ese orfanato y librar a esos niños de la prostitución. "Empecé a vivir en Bombay y aprendí más de lo que nadie me había enseñado en la vida, a sonreír".
EL VALOR Y EL PODER DE LA SONRISA
Sanllorente cree que "no hace falta ir muy lejos para cambiar el mundo". En su opinión, "la cooperación internacional empieza en el ascensor de nuestra casa regalando una sonrisa a la persona anónima que nos encontramos en el ascensor". "Podía haber tomado la decisión de evitar que se no se cerrara el orfanato con 40 niños y volverme a Barcelona, pero cuando empecé a conocer al niño número 41 en adelante, supe que no podía volverme a España y que tenía que hacer algo para ayudar a esos niños", subrayó.
"Empezamos a crecer y a vislumbrar la construcción de una escuela", aseguró. Hoy en día Sonrisas de Bombay es una ONG que ha permitido crear sonrisas a esos niños. Ha abierto 100 guarderías, tres clínicas para leprosos y dos escuelas. Este año, también se ha matriculado a 400 niños en escuelas de Bombay.
Al poco tiempo de marcharse a la India fundó la ONG Sonrisas de Bombay, con la que hoy ayuda a más de 6.000 niños de la calle. Ha escrito el libro 'Sonrisas de Bombay. El viaje que cambió mi destino' y acaba de publicar su segundo libro 'Bombay: más allá de las sonrisas', con fotografías de Francesc Melcion. Además, el Gobierno Español le ha concedido recientemente la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil.