Actualizado 28/02/2013 15:51

Greenpeace celebra que la petrolera Shell renuncie a su programa de perforación petrolífera en el Ártico en 2013

El Océano Ártico
CSIC

MADRID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -

La organización ecologista Greenpeace ha manifestado su satisfacción por el anuncio emitido por la petrolera Royal Dutch Shell que abandona sus intentos de exploración y explotación en aguas abiertas del océano Ártico en 2013, tras invertir 4.500 millones de dólares en un proyecto "muy arriesgado" que ha derivado no solo en una catástrofe económica sino que podría suponer una catástrofe ambiental "de dimensiones incalculables".

La ONG considera que esta renuncia se debe a los accidentes ocurridos, que han supuesto miles de millones de euros de pérdidas para la compañía, así como a la presión mundial de la campaña #SalvaelArtico de Greenpeace.

Así, Greenpeace anuncia que el 6 de marzo lanzará la segunda fase de esta campaña por la defensa del Ártico en la que se pretende crear una gran "cadena humana" virtual alrededor del Ártico y se comunicarán los efectos que tendría para nuestro país no proteger esta última frontera natural.

En todo caso, apunta que Shell continuará con sus intentos de perforar el próximo año pero la organización ecologista continuará con el trabajo político y de denuncia ambiental para impedirlo. Para la ONG, siendo la compañía líder en la perforación de estas aguas, su renuncia no solo es la mejor forma de salvaguardar este territorio prístino y las comunidades que dependen de sus recursos naturales sino que además es un "poderoso" mensaje a otras empresas que también miran al polo norte por sus recursos fósiles.

"Miles de millones de dólares de inversión de Shell en el Ártico se han perdido y lo mismo ocurre con la reputación de la empresa. Greenpeace ha advertido reiteradamente de que habían subestimado los enormes desafíos que supone la perforación en Alaska, pero continúa en una huída hacia delante", ha declarado la responsable de la campaña Salva el Ártico de Greenpeace España, Pilar Marcos.

En este contexto, Marcos insiste en que los líderes mundiales y sobre todo el Gobierno de Estados Unidos deberían escuchar a los más de dos millones de personas en todo el mundo que piden un santuario en el Ártico, que prohíba permanentemente la explotación de petróleo. "Empresas como Shell no deberían operar en uno de los medios naturales más frágiles del planeta", insiste la ONG en un comunicado.