MADRID 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
La organización ecologista Greenpeace reiteró hoy su petición al Gobierno para que ordene el cierre definitivo de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) en julio de 2009, cuando expira su licencia de explotación, después de que en el últimos mes se hayan registrado tres incidentes que para la organización son muestra de su "falta de seguridad".
Durante la pasada noche la central tuvo que realizar una parada no programada de su reactor provocada por rechazo de carga de su generador principal lo que obligó a activar los procedimientos de aviso reglamentarios. Además, Greenpeace recuerda que el pasado 1 de abril cuando la instalación se disponía a arrancar tras la parada de recarga realizada en marzo se registró una explosión y un incendio en un transformador eléctrico de la central y posteriormente el 6 de abril se produjo otra parada no programada por un problema en una de las válvulas de alivio.
Por ello, la ONG exige al Ejecutivo socialista que "ante el cúmulo de fallos en la central nuclear de Garoña, conocidos a pesar de los esfuerzos de Nucleonor por ocultarlos", que no demore más tiempo la decisión de cerrar definitivamente dicha instalación.
"No hay ningún motivo económico, ni energético, ni medioambiental ni social al que el Gobierno pueda agarrarse para incumplir su compromiso de cerrar inmediatamente y de forma definitiva la obsoleta y peligrosa central nuclear de Garoña", aseguró el responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace, Carlos Bravo.
Bravo recordó la promesa del programa electoral del PSOE de sustituir de forma gradual la energía nuclear en España por energías seguras, limpias y menos costosas, cerrando las centrales nucleares, potenciando el ahorro y la eficiencia energética y las energías renovables, la generación distribuida y las redes de transporte y distribución local.
Finalmente, Greenpeace señala que Garoña está amortizada desde hace años y que su "escasa producción eléctrica está sobradamente compensada por el incremento anual de la electricidad renovable" y subraya que la central burgalesa es "obsoleta" y está aquejada de "graves problemas de seguridad (serios problemas de agrietamiento por corrosión)".