Vacunación contra el sarampión en República Democrática del Congo - ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD - Archivo
MADRID, 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
World Vision se prepara para garantizar que la vacunación contra la COVID-19 se implemente mundialmente de manera eficaz en las comunidades y evitar el rechazo por parte de la población por lo que trabaja en cómo combatir el miedo, la desinformación y la resistencia potencial de las comunidades frente a la implementación de la vacunación.
A nivel internacional, la ONG también está pidiendo a los líderes mundiales que se aseguren de que los países en desarrollo no sean tratados de manera diferente a los países más ricos en el momento de recibir las vacunas.
"Las vacunas apenas están comenzando a ser aprobadas para su uso, por lo que tenemos un largo camino por recorrer", ha reconocido Dan Irvine, director senior de salud y nutrición de World Vision.
Ha recordado, no obstante, la experiencia en las respuestas a los brotes de enfermedades como el ébola, el Zika y el VIH/SIDA, y considerea que "a menos que las comunidades participen desde el principio en los procesos de planificación, existe un riesgo real de que las personas rechacen, malinterpreten o incluso difundan información falsa sobre las vacunas".
La organización considera que los líderes religiosos de confianza e influyentes, los trabajadores de salud comunitarios y el personal de base son fundamentales para los esfuerzos de la ONG de alentar a las comunidades vulnerables a aceptar las vacunas, cuando estén disponibles.
El programa 'Channels of Hope' de World Vision trabaja con líderes religiosos para transmitir información veraz a las comunidades sobre asuntos relacionados con la salud y otros temas. Este programa ha sido fundamental para abordar enfermedades mortales y para evitar los contagios durante la pandemia de la COVID-19.
"A medida que nos acercamos al Año Nuevo, hay una gran esperanza en que las vacunas permitan que la vida vuelva a la normalidad. Pero socializar a las comunidades para que las acepten es parte de la batalla", añade Irvine.
La ONG recuerda que una vacuna es "inútil" a menos que la gente esté dispuesta a ponérsela, por lo que considera que "no se debe subestimar la cantidad de trabajo que se necesita en los lugares más vulnerables del mundo para crear conciencia sobre sus beneficios".
La respuesta a la COVID-19 de World Vision ya ha llegado a 58 millones de personas con ayuda, asistencia y mensajes de prevención y seguridad que se promovieron con éxito a través de cientos de miles de líderes religiosos y promotores de salud de base. Ahora, el objetivo es movilizar a esas redes influyentes para apoyar el despliegue de vacunas y asegurar su justa asignación.
Dan Irvine recuerda que se han gastado miles de millones en el desarrollo y la producción de vacunas y considera que la financiación para los esfuerzos de socialización de su lanzamiento "también debe ser una parte esencial de los planes mundiales". "Este esfuerzo llevará muchos meses, pero estamos listos para asociarnos con líderes de base para garantizar que la vacuna sea accesible y aceptada por todos, especialmente por los más vulnerables del mundo", concluye la ONG.