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Si en 2014 se aumenta la financiación en inversiones hasta unos 4.000 millones de euros se podría evitar la infección de 2 millones de personas
MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El informe 'La infancia y el sida: un inventario de la situación 2013', realizado por UNICEF, ha alertado de que entre los años 2005 y 2012 aumentaron en un 50 por ciento las muerte de adolescentes de 10 a 19 años contagiados con el VIH, pasando de 71.000 a 110.000 fallecimientos el año pasado.
No obstante, el informe ha reflejado que si en 2014 se aumenta la financiación en inversiones de gran impacto hasta unos 4.000 millones de euros --5.500 millones de dólares--, se podría evitar la infección de 2 millones de adolescentes, especialmente niñas, antes de 2020. Las infecciones en 2010 alcanzaron aproximadamente los 2.700 millones de euros --3.800 millones de dólares--.
"Si se aumenta la escala de las intervenciones de gran impacto mediante la utilización de un enfoque integrado, podríamos reducir a la mitad el número de nuevas infecciones entre los adolescentes antes de 2020. Se trata de llegar a los jóvenes más vulnerables a través de programas eficaces de manera urgente", ha señalado el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake.
Las intervenciones de gran impacto incluyen: preservativos, tratamientos con antirretrovirales, prevención de la transmisión de madre e hijo, circuncisión masculina médica voluntaria, concienciar para lograr cambios de conducta y realizar enfoques específicos para las poblaciones de riesgo y marginadas. Todo esto, además, se sumaría a las inversiones en otros sectores como la educación, la protección social y el bienestar, así como el fortalecimiento de los sistemas de salud.
DISMINUYE EL CONTAGIO DE MADRE A HIJO
Por otra parte, el estudio ha mostrado que durante ese periodo se han evitado más de 850.000 nuevas infecciones de recién nacidos en los países de bajos y medianos ingresos, ya que mientras que en el año 2005 contrajeron el virus 540.000 niños, en 2012 lo hicieron 260.000.
"Este informe nos recuerda que una generación sin sida es aquella en la que todos los niños nacen y permanecen sin VIH, y en la que la salud y el bienestar de las madres debe ser el elemento central de la respuesta contra el sida. En este sentido, no tengo ninguna duda de que lograremos estos objetivos", ha comentado el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibe.
Los éxitos más notables se han producido en países con una alta tasa de sida. En concreto, las nuevas infecciones en recién nacidos descendieron entre 2009 y 2012 un 76 por ciento en Ghana, un 58 por ciento en Namibia, un 55 por ciento en Zimbabue, un 52 por ciento en Malawi y Botsuana, y un 50 por ciento en Zambia y Etiopía.
Del mismo modo, el informe ha destacado también que para lograr que sea posible una generación sin VIH debe aumentar el número de niños que recibe tratamiento antirretroviral. Y es que, sólo el 34 por ciento de los niños que vivían con VIH en los países de bajos y medianos ingresos recibieron el tratamiento que necesitaban en 2012, en comparación con el 64 por ciento de los adultos. Como resultado, alrededor de 210.000 niños murieron debido a enfermedades relacionadas con el VIH/sida en 2012.
Ahora bien, las innovaciones y los nuevos sistemas de trabajo están logrando que las pruebas de detección y el tratamiento sean más accesibles, eficaces y eficientes. Un ejemplo es el uso de los teléfonos móviles en Zambia y Malawi para producir rápidamente resultados de la prueba del VIH, lo que ha facilitado que las madres reciban diagnósticos sobre sus bebés más rápidamente que lo que ocurría con los resultados distribuidos a mano.
Por tanto, a juicio de UNICEF, el desafío ahora consiste en aplicar el conocimiento que ya se tiene, seguir centrándose en los niños y los adolescentes más vulnerables y marginados, y aprovechar las nuevas oportunidades e innovaciones al mismo tiempo que se utilizan los recursos de la manera "más eficaz y eficiente posible".
"El mundo tiene ahora la experiencia y los instrumentos para lograr una generación libre de sida. Los niños deben ser los primeros en beneficiarse de nuestros éxitos en la lucha contra el VIH, y los últimos en sufrir cuando no logramos los resultados deseados", ha zanjado Lake.