Publicado 09/02/2022 12:04

Manos Unidas llama a "vencer la indiferencia": 811 millones de personas pasan hambre en el mundo

Una mujer sujeta unas mazorcas de maíz en Guatemala.
Una mujer sujeta unas mazorcas de maíz en Guatemala. - IRENE HERNÁNDEZ-SANJUÁN/MANOS UNIDAS

   MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

   La ONG de la Iglesia católica Manos Unidas ha hecho un llamamiento para "vencer la indiferencia" y pide "una reflexión" ante la situación que viven 811 millones de personas que pasan hambre en el mundo.

   "Permitir que una sola persona muera de hambre, es permitir que la desigualdad, la indiferencia, el olvido y el abandono ganen una partida que nunca debería llegar a estar sobre el tablero y supone un auténtico fracaso para la humanidad", ha declarado la presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo, este miércoles en rueda de prensa.

   La ONG ha presentado su campaña de este año bajo el lema 'Tu indiferencia los condena al olvido', con la que la quiere "mover conciencias adormecidas y anestesiadas", poner "rostro" a las "escandalosas" cifras de la pobreza y "rescatar del olvido" a las personas que la sufren, "sobre todo por la indiferencia social e institucional".

   La presidenta de Manos Unidas ha constatado que la pandemia de la Covid-19, "la peor crisis global a la que se ha enfrentado la humanidad en muchísimos años" ha "acrecentado" la "brecha" de la desigualdad entre los países pobres y ricos.

   Así lo ha puesto de manifiesto la vacunación pues, según ha recordado, en España, en torno al 80% de la población ya tiene la pauta completa y cerca del 50%, la dosis de refuerzo, mientras que en países como la República Democrática del Congo, "tan solo un 0,4 por ciento de la población han recibido la primera dosis de la vacuna".

   "Eso es desigualdad", ha reiterado Clara Pardo, advirtiendo de que si no se pone remedio, se va a "condenar a la pobreza a 500 millones de personas más a pasar hambre, a ser más pobres, el equivalente a la población la Unión Europea".

   Según ha precisado, "tan solo el 1% de la población posee el 45% de la riqueza del mundo, mientras que casi 3.000 millones de personas no poseen ninguna riqueza". "Es también desigualdad, una desigualdad que, a día de hoy, es la mayor amenaza para la humanidad. Y la indiferencia y la inacción, sus mejores aliadas", ha avisado.

   En el año 2021, Manos Unidas aprobó 474 nuevos proyectos, por importe de 31,5 millones de euros y pudo ayudar a 1,5 millones de personas a través del trabajo junto a sus socios locales en los diferentes países. Esto lo pudo hacer gracias a la colaboración de 77.000 socios y colaboradores, de los organismos oficiales que acompañan a la ONG, empresas, parroquias y colegios.

   Para poder seguir sacando a más personas de la pobreza, Manos Unidas pide a la sociedad española "un esfuerzo adicional". "Los españoles son muy solidarios y lo que hay que hacer es contarles, vencer esa indiferencia primera para que cambien el canal y les llegue el mensaje adecuado", ha destacado Pardo.

NO CONSENTIR LA CRIMINALIZACIÓN DE LOS MIGRANTES

   Durante el encuentro, ha participado lvar Sánchez, párroco de la iglesia Santiago el Mayor, que acompaña la misión educativa y social del Centro Baraka de Formación Profesional e Inserción Sociolaboral, y es promotor del Proyecto en la Delegación Diocesana de Migraciones en Nador, que ofrece ayuda humanitaria a la población en tránsito.

   Sánchez ha denunciado la "criminalización" de las personas migrantes y ha invitado a "fortalecer los valores de identidad, de patria, de fe con valores de inclusión, de fraternidad, de aldea global, de universalidad".

   "Las sociedades democráticas y los estados de derecho no debemos consentir la criminalización de quienes escapan del conflicto, la represión, las consecuencias de la degradación ecológica o los desastres naturales. El desplazamiento humano inducido por la guerra, el hambre o por un déficit de desarrollo que condena a la población a vivir en el umbral de la miseria, es un tipo de migración forzosa amparado por el derecho internacional humanitario y los Convenios de Ginebra", ha remarcado.

   En la Delegación Diocesana de Migraciones de Nador, junto al abanico de servicios que ofrecen a las personas en situación de movilidad (atención médica, psicosocial, legal, asistencia social y espacios de residencia), Manos Unidas acompaña la formación de migrantes.

   Sin embargo, Sánchez ha advertido de que "es tal la herida de esta frontera, que todo esfuerzo resulta insuficiente para frenar su hemorragia". Por ello, en 2019 apostaron por complementar la intervención en frontera con los proyectos de prevención en país de origen.

   "A nuestra puerta llaman personas que sobreviven como pueden al frío de la intemperie y a la enfermedad. También personas que han sido abusadas a lo largo de un trayecto en el que han visto fallecer a otras compañeras de viaje. Otras llegan escapando de la violencia y la desprotección en sus comunidades de origen. Cuando una madre ha visto morir a sus dos hijos a causa de esa mezcla de malnutrición y enfermedad y sigue viendo disminuir sus recursos, ¿cómo va cerrarse a la esperanza de que otra vida es posible?", ha planteado Sánchez.

LA DESNUTRICIÓN EN GUATEMALA

   En el acto también ha intervenido telemáticamente el médico Carlos Arriola, que lleva 31 años trabajando en el pequeño pueblo de Jocotán (Guatemala), perteneciente a la provincia de Chiquimula, un pueblo donde antiguamente habitó la raza indígena chortí, que en su momento constituyó un pequeño imperio Maya, pero al que posteriormente le fueron arrebatadas sus tierras, sus propiedades, y la población fue sumida en la discriminación, los abusos, el maltrato y la pobreza.

   Cuando llegó a la zona, con 23 años, proveniente de la Ciudad de Guatemala, se encontró con "niños famélicos, adultos con franca desnutrición y con condiciones de vida totalmente inadecuadas".

   Arriola cuenta que siempre se ha preguntado el porqué de esa desigualdad y, a su juicio, es todo una "estrategia de los políticos que manipulan a la población por su nivel de ignorancia" porque quieren "perpetuar la pobreza".

   En todo caso, el médico guatemalteco celebra que en los últimos años han logrado reducir la desnutrición aguda. El Centro de Recuperación Nutricional Infantil en Jocotán (dispensario Bethania), lleva los últimos seis años recibiendo cuatro o cinco casos por año, cuando 30 años atrás el promedio era de 450 niños desnutridos por año.

   Si bien, advierte de que ahora acarrean la "desnutrición crónica" que tiene "efectos devastadores en el desarrollo cerebral y en la inteligencia de los niños, debido a que la falta de proteínas en los primeros tres años de vida provoca que el cerebro no logre desarrollar todas las funciones adecuadamente".

   Desde la Asociación Santiago Jocotán, con el apoyo de Manos Unidas, desde hace más de seis años construyen procesos que rompan con la desigualdad. Muchas de las acciones están encaminadas a reducir la inseguridad alimentaria, favoreciendo la disponibilidad de alimentos a través de huertos, reservas de maíz y fríjol, así como de semillas para la próxima cosecha; con reservorios de agua de lluvia; y generando procesos de incidencia política, formando líderes y lideresas para ser "sujetos de cambio".

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