MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
La organización Save the Children ha advertido este martes que más de 200.000 niños y niñas sirios se enfrentan a bajas temperaturas, sin techo ni ropa adecuados en Irak, Jordania y Líbano y ha lamentado que la falta de fondos esté dificultando las operaciones de ayuda en la región.
El último informe de Save the Children muestra cuál es la situación de las familias sirias y cómo intentan sobrevivir "desesperadamente" a las duras condiciones meteorológicas. En las próximas semanas, se alcanzarán temperaturas bajo cero.
Asimismo, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el déficit actual de la financiación asciende a 200 millones de dólares (153 millones de euros) lo que dificulta los esfuerzos de ayuda y pone en riesgo a las familias.
"Las historias que estamos escuchando de los refugiados sirios dejan ver que la crisis se está deteriorando. Cada día llegan nuevos refugiados, pero no hay dinero para atenderlos", ha declarado la directora de Save the Children Internacional, Jasmine Whitbread. "A menos que haya un aumento en la financiación, miles de niños y niñas van a pasar un duro invierno sin un refugiado adecuado" y caerán "enfermos", ha añadido Whitbread.
Alí que, a sus once años, vive en una escuela abandonada, ha afirmado que tienen solamente una manta, "nada más". "Nos dieron una manta y somos tres. No podemos cubrirnos todos, estamos poniéndonos enfermos", ha señalado.
Alrededor de 400.000 refugiados viven en tiendas, establos, obras y otros refugios temporales mal equipados para protegerse contra el frío. Muchos huyeron durante los meses de verano con lo que tenían puesto y no tienen ropa adecuada para el invierno, ha afirmado Save the Children en un comunicado.
"Cuando llueve sientes mucho frío. Es fácil ponerte enfermo cuando estás congelado de frío todo el tiempo", ha dicho Rami, que tiene once años y vive en un campo de refugiados.
En Jordania, los padres se están endeudando para poder comprar ropa a sus hijos y en Líbano, los elevados precios de los alquileres impiden a las familias encontrar un refugio adecuado. De acuerdo con la ONG, se teme que entre los niños refugiados se puedan contagiar enfermedades infecciosas.
"Cuando siento frío empiezo a tiritar. Me duele la garganta y creo que tengo fiebre. Necesitamos medicinas", ha asegurado Inés, una niña de ocho años que vive en un refugio hecho con vallas de publicidad.