MADRID, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Programa de Respuesta a Emergencias lanzado por Aldeas Infantiles SOS ha atendido a más de 8.000 niños, niñas y familias dentro de Ucrania y ha facilitado cuidado alternativo y asistencia humanitaria a 791 refugiados en distintos países europeos, desde que empezó la guerra en Ucrania hace 26 días.
Según afirma la ONG, las necesidades humanitarias generadas por la guerra en Ucrania "aumentan cada día de forma exponencial". Más de 12 millones de personas, de las cuales tres millones son menores, requieren "ayuda urgente".
Además, Aldeas Infantiles SOS expresa su preocupación por la "creciente" presencia de traficantes sexuales que se dirigen a mujeres con niños pequeños a lo largo de la frontera de Ucrania.
"Los niños y niñas refugiados y desplazados internos corren un alto riesgo de perder el cuidado de sus padres, así como de sufrir violencia, abuso, explotación e incluso tráfico de personas. Asimismo, la extrema vulnerabilidad socioeconómica de las niñas y las mujeres desplazadas también las pone en riesgo de trata de personas y explotación sexual", alerta la organización en un comunicado recogido por Europa Press.
Por ello, asegura que "su protección es vital" y que el acceso a información y asistencia legal nada más abandonar su país es "crítico" para los refugiados.
Por otra parte, la ONG advierte de que aumentan las necesidades de alojamiento de emergencia y artículos de primera necesidad debido al desplazamiento masivo. Aunque muchos desplazados internos se alojan en viviendas privadas, un número "cada vez mayor" busca refugio en albergues o centros colectivos.
RIESGO DE VIOLENCIA DE GÉNERO
Aldeas alerta de que, en estas instalaciones, se enfrentan a condiciones de "hacinamiento, falta de separación por género o espacio para unidades familiares que brinde la privacidad necesaria, además de contar con servicios básicos como electricidad y agua deficientes". Todo ello "aumenta también el riesgo de violencia de género y de contagio por COVID-19", según avisa la ONG.
Además, para Aldeas Infantiles SOS, el peligro de que los niños y niñas experimenten problemas de salud es "enorme". "Se han interrumpido los programas de vacunación, lo que eleva la probabilidad de que aparezcan enfermedades que se pueden prevenir, como el sarampión y la poliomielitis, y los niños con enfermedades crónicas se enfrentan a grandes dificultades para acceder a atención médica", explica.
Además de servicios médicos, Aldeas añade que los menores ucranianos, tanto dentro como fuera del país, necesitan atención psicológica para el tratamiento del trauma. "Muchos de ellos padecerán estrés tóxico, una reacción fisiológica a una situación adversa que se prolonga en el tiempo y puede tener consecuencias a nivel neurológico, del crecimiento e inmunológico", sostienen desde la organización.
Además, recuerdan que el acceso a la educación se ha visto interrumpido para aproximadamente 5,7 millones de niños y adolescentes en edad escolar; y advierten de que la proliferación de armas pequeñas y ligeras ha aumentado gravemente el riesgo de reclutamiento de adolescentes en edad escolar en grupos armados.
Finalmente, Aldeas avisa de que la inseguridad alimentaria "crece cada día" así como las necesidades de agua, saneamiento e higiene, especialmente en el este de Ucrania, ya que las infraestructuras esenciales de agua han sido dañadas o destruidas. En este sentido, urge a poner remedio a esta situación para "prevenir la propagación de enfermedades transmitidas por el agua".