MADRID, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las ONG Jesuitas Alboan y Entreculturas, junto al Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), han puesto en marcha su protocolo de emergencia para atender a las personas más afectadas por el terremoto en Siria y Turquía, especialmente, en la zona de Alepo.
Desde las ONG apuntan que la situación que vive la población es "crítica", ya que la región se encontraba ya duramente golpeada por la guerra de Siria y por una gran crisis humanitaria que viene provocando el desplazamiento forzoso de miles de personas desde hace años.
Según precisan, un total de 54 edificios se han derrumbado en Alepo, y muchos otros sufrieron graves daños y aún corren el riesgo de colapsar. En total, 150.000 personas han sido desplazadas de sus hogares en la gobernación de Alepo, mientras que aproximadamente 53.000 personas estaban alojadas en 173 albergues colectivos a 9 de febrero.
"Es urgente atender a la población, prestarle ayuda de primera necesidad, servicios de higiene, agua potable y apoyo psicológico", ha apuntado Yara Iskaf, del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR).
EL SJR en Alepo centra su intervención en tres ámbitos de trabajo: programas educativos que atienden a niños y niñas en situación de vulnerabilidad; centros comunitarios y de cohesión social que ofrecen un espacio seguro para las familias desplazadas y centros médicos que atienden las necesidades de salud más urgentes.
Además, en este momento, Alboan, Fundación Ellacuria, Loiolaetxea, en Euskadi, y el Centro Lasa, en el caso de Navarra, acogen a 12 familias sirias, a través del programa Patrocinio Comunitario. Se trata de personas que tuvieron que abandonar sus hogares debido a otras crisis humanitarias previas provocadas por conflictos armados, ausencia de recursos para una vida digna y falta de gobernanza en la región. En Euskadi este programa está apoyado por el Gobierno Vasco, y en el caso de Navarra por el Gobierno de Navarra.
Según explican las ONG jesuitas, muchas de las personas y familias sirias residentes en Euskadi y Navarra cuentan con personas allegadas que se han visto afectadas directamente por el terremoto. Existen casos de familiares fallecidos, hospitalizados o desaparecidos; e incontables daños materiales, incluida la completa destrucción de viviendas, lo que les ha abocado a muchas personas a buscar cobijo en tiendas de campaña.
"Mi familia allá lo está pasando muy mal, la situación es muy delicada. Y además creo que, para no preocuparnos demasiado, no nos cuenta el alcance real del desastre", expresa Ruba (nombre ficticio), una lingüista residente en Vitoria-Gasteiz que cuenta con estatus de protección internacional y trabaja en Alboan. Además añade que "el gobierno sirio tiene abandonada a la población, es un Estado débil que no se ocupa de sus ciudadanos".
Tanto Ruba como otras refugiadas sirias están acompañadas por familias y comunidades de acogida locales. "Sentimos su angustia y su impotencia como nuestra. Es un dolor que a veces sale en forma de rabia contra Europa por no ayudar a Siria, a veces sale con lágrimas y a veces sale como un estado de nerviosismo constante, por eso intentamos redoblar nuestro apoyo, hacernos presentes y cercanos ya que somos su familia en su nueva casa", expresa Álvaro González, miembro de la comunidad de acogida de residentes sirios en Portugalete, Bizkaia.