UNICEF
MADRID, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -
El actor y embajador de Buena Voluntad de UNICEF Orlando Bloom ha viajado hasta el sur de Níger para visibilizar la situación de las familias que han huido de la violencia del grupo terrorista Boko Haram, adscrito al DAESH.
"Es extremadamente difícil comprender esta situación sin haber estado allí. He podido presenciar el profundo dolor y el sufrimiento que estos niños están atravesando, algo que ningún niño debería experimentar --ha manifestado Bloom tras su visita--. Todos los niños que he conocido se habían visto afectados por el conflicto y necesitaban desesperadamente servicios básicos como agua potable, atención psicológica y acceso a educación para poder recuperarse de las atrocidades que han sufrido y presenciado. Se merecen una infancia".
El actor se ha desplazado por varias localidades en el sur del país, cerca de la frontera con Nigeria, para visitar a familias y personas desplazadas por la violencia del terrorismo islamista, muchos de ellos residentes en campamentos para refugiados.
"La violencia de Boko Haram ha provocado numerosos desplazamientos de población. Cientos de miles de niños de toda la región se han visto obligados a abandonar sus hogares, se han quedado sin acceso a educación y corren el riesgo de sufrir desnutrición", ha alertado UNICEF que cifra en 2,3 millones de personas el número de desplazados por el conflicto.
Según la organización internacional, solamente en la región de Diffa, en el sureste de Níger, la población de desplazados asciende a 240.000 personas, de las cuales más de la mitad (160.000) son niños.
Bloom ha conocido durante su viaje a varios niños que han visto y vivido en primera persona la violencia del grupo terrorista y cuyos amigos en algunos casos se han unido a las filas de Boko Haram, algunos de ellos de manera forzada.
Sin embargo, tanto la organización como su embajador han hecho hincapié en la labor que lleva a cabo UNICEF mediante la atención básica y la creación de escuelas para personas desplazadas, con el fin de paliar las necesidades básicas y acompañar a las víctimas en la superación de las experiencias vividas, especialmente en el caso de los niños.