SEGOVIA, 13 Ene. (EUROPA PRESS) -
La organización WWF Adena celebra hoy los 35 años del Refugio de Rapaces de las Hoces del Riaza (Segovia) coincidiendo con el Año Internacional de la Biodiversidad, a través de una serie de actos en los que la población local será la protagonista.
A lo largo del año tendrán lugar varias jornadas temáticas de puertas abiertas en las que los ciudadanos podrán participar en el censo de buitres, plantaciones de árboles o construcción de refugios para los animales de la zona. También se desarrollarán diversas actividades de sensibilización, a través de campos de trabajo y talleres de educación ambiental.
El Refugio surgió como lugar de convergencia entre el "rico" patrimonio natural de la zona y la economía rural de sus habitantes, un primer paso hacia lo que hoy se conoce como 'desarrollo sostenible', según un comunicado de la organización recogido por Europa Press.
Este espacio supone un "punto de encuentro" para investigadores y voluntarios donde se llevan a cabo estudios sobre las principales especies que habitan en la zona, si bien uno de ellos se centra en la colonia de buitre leonado, una de las mayores de España, que ha registrado un fuerte retroceso en los últimos años, debido en parte a la escasez de alimento motivado por las crisis de las vacas locas y el aumento en el uso del veneno.
Por otra parte, el estudio de la "cada vez más amenazada" población de alimoche, dio un "importante salto cualitativo" este año con la incorporación de técnicas de seguimiento vía satélite, y que permiten a cualquier internauta conocer dónde se encuentran las aves entrando en la web de WWF, incluso durante su migración anual a África.
EXPERIENCIA PIONERA
En 1975 el Refugio de Rapaces de las Hoces del Río Riaza comenzaba su andadura y su gestión combinaba por primera vez la conservación de la naturaleza en estado salvaje con la actividad económica tradicional de las poblaciones locales, en una experiencia pionera de 'desarrollo sostenible', un concepto "escasamente" conocido en la época, según las mismas fuentes.
En el Refugio se realizan estudios científicos sobre las poblaciones de buitre leonado o alimoche, además de numerosos trabajos de seguimiento de otras especies amenazadas como la nutria o el búho real. En la última década, con el apoyo de la Obra Social de Caja Madrid, miles de voluntarios formaron parte en actividades de restauración forestal, censos de fauna y mantenimiento del entorno.
Este espacio es considerado por la organización como "un ejemplo de regeneración del espacio mediante restauraciones forestales" y desde 2001 se trabaja sobre una superficie de 17 hectáreas y se han plantado alrededor de 10.253 árboles y arbustos para recuperar la cubierta forestal, enriquecer el hábitat y frenar los procesos erosivos.