Publicado 28/07/2022 16:20

Belarra expresa su "repulsa" a los "actos vandálicos" en Peal de Becerro, en un acto de recuerdo del genocidio gitano

Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales, en el acto de conmemoración del Samudaripen.
Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales, en el acto de conmemoración del Samudaripen. - FUNDACIÓN SECRETARIADO GITANO /TWITTER

   MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) -

   La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha manifestado su "más enérgica repulsa" a los "actos vandálicos y coacciones" que están sufriendo familias gitanas de Peal de Becerro (Jaén) tras la muerte por arma blanca de un joven que trabajaba como portero en un pub de la localidad.

   "No puedo dejar de referirme a los terribles acontecimientos vividos en Peal de Becerro, en Jaén. Toda mi solidaridad y apoyo a la familia y amigos del joven fallecido pero también mi más enérgica repulsa a los actos vandálicos y coacciones que están sufriendo las familias gitanas que nada tienen que ver con un hecho tan terrible", ha subrayado la ministra de Derechos Sociales.

   Así se ha pronunciado Ione Belarra este jueves durante su intervención en el acto de conmemoración del Samudaripen, en recuerdo de las víctimas gitanas del genocidio nazi, que ha tenido lugar en el Real Jardín Botánico de Madrid.

   La ministra ha precisado que no se puede permitir que "personas inocentes sean culpabilizadas por su etnia y se vean obligadas a huir de sus casas", como ha ocurrido en Peal de Becerro, donde, tras una manifestación por la muerte del joven, un grupo de personas se dirigió a una calle donde residen familias de etnia gitana y sin ninguna conexión con los detenidos causando daños a varias viviendas.

   "No queremos altercados que nos recuerden a los que ya sufrieron las familias gitanas en Martos, en 1986", ha añadido Belarra, refiriéndose a los hechos ocurridos en esta localidad, también de la provincia de Jaén, hace 34 años cuando unos 200 vecinos rociaron con gasolina e incendiaron una treintena de viviendas de familias gitanas.

   La ministra ha hecho estas declaraciones en el marco del acto institucional de conmemoración del Samudaripen, que es como se conoce al genocidio del Pueblo Gitano durante la Segunda Guerra Mundial.

   La ministra ha destacado que este evento es, "sobre todo, un acto de memoria, dignidad y justicia con el pueblo gitano" pero también un "gesto de rebeldía contra aquellos que quisieron, intentaron y no lograron aniquilar al pueblo gitano".

   Además, el lugar elegido para el acto de este año tiene un significado, tal y como ha apuntado Belarra, ya que el Jardín Botánico fue fundado por Fernando VI, que ordenó la prisión general de los gitanos en 1749. "Nuestra presencia hoy aquí es símbolo de la resistencia del pueblo gitano", ha enfatizado la ministra.

   También ha recordado el "trágico" 2 de agosto de 1944, cuando los nazis aniquilaron en Auschwitz el llamado campo de las familias gitanas, una fecha que estuvo precedida por "años de asesinatos y atrocidades". Cientos de miles de personas gitanas fueron exterminadas en los campos nazis, deportadas, separadas de sus familias o sometidas a esterilización y experimentos médicos.

   Además, tras la caída del nazismo, Belarra ha señalado que el pueblo gitano tuvo que seguir luchando, en este caso, contra "el silencio y la desmemoria" pues en los juicios de Núremberg los supervivientes gitanos no fueron llamados a declarar y se les negó la categoría de víctimas raciales.

   Si bien, la ministra ha indicado que el mundo se "equivocaría" si "circunscribiera el antigitanismo solo a sus episodios más atroces", y ha remarcado que aún hoy los gitanos y gitanas siguen encontrando "discriminación en su día a día", cuando salen a la calle y tienen que soportar "miradas de desconfianza" o cuando quieren encontrar una vivienda o un trabajo. A esto se suma el "discurso de odio alimentado con enorme irresponsabilidad por determinadas posiciones políticas", según ha añadido.

   Por ello, se ha comprometido a seguir trabajando desde el Gobierno para erradicar el antigitanismo, en línea con algunos logros ya conseguidos como que el antigitanismo sea reconocido como delito de odio o como la Estrategia nacional para la igualdad e inclusión del pueblo gitano.

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