Reclama "medidas de emergencia" como estufas catalíticas para 900 familias o generadores para los vecinos conectados a máquinas de oxígeno
MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
Cáritas Madrid ha pedido al nuevo Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, que ha tomado posesión de su cargo esta semana, que visite la Cañada Real Galiana, en Madrid, para conocer la situación real de las familias, ante la inminencia de otro invierno sin luz.
"Si se va a ocupar de defender al pueblo, hay muchas familias en Cañada que necesitan ser al menos escuchadas. El primer paso sería visitar la Cañada Real, conocerlo de primera voz de parte de las familias y las entidades que allí trabajan", ha indicado la responsable de Obras Sociales Diocesanas de Cáritas Diocesana de Madrid, Susana Hernández, en una entrevista con Europa Press.
En este sentido, el director de Cáritas Diocesana de Madrid, Luis Hernández Vozmediano, ha añadido que "muchas veces, solo a través de informes por escrito, de los colaboradores o de la prensa, no se capta la situación real que se vive allí", por lo que se ha mostrado dispuesto a hacer de anfitrión a Gabilondo para "recorrer con él" la Cañada Real.
Un total de 900 familias que viven en el sector VI se enfrentan a otro invierno sin suministro eléctrico y, por tanto, sin calefacción, a pesar de las bajas temperaturas.
Se trata de familias de todo tipo, españolas y extranjeras, que se dedican a la venta ambulante, trabajadores por cuenta ajena o que salen adelante con prestaciones públicas, familias extensas en las que viven los padres, los abuelos, los tíos y los nietos, y familias, casi todas ellas, con menores a cargo.
A nivel práctico, según explica Susana Hernández, vivir sin luz supone levantarse por la mañana después de haber dormido con frío y humedad, bañar a los niños calentando agua en una cocina de gas butano y con un barreño, lavar la ropa a mano con agua fría, hacer los deberes bajo la luz de una vela al anochecer, absentarse del colegio por vergüenza al no tener ropa limpia o quitar la merienda para hacer una cena temprana.
A esto se suman las dificultades de las personas con problemas de salud, por ejemplo, aquellas que necesitan estar conectadas a máquinas de oxígeno para respirar y que no tienen posibilidad de enchufarlas o las que necesitan tener medicamentos, como insulina, refrigerados en una nevera.
Ante esta situación, desde Cáritas Madrid piden al ayuntamiento y a la comunidad de Madrid que, además de pensar en el realojo de las familias, mientras tanto, adopten "medidas de emergencia", como proporcionarles catalíticas de butano, leña, pequeños generadores, que pongan lanzaderas a Rivas Vaciamadrid para que acudan a lavanderías o que les subvencionen el lavado de la ropa.
MEDIO MILLÓN DE EUROS PARA MEDIDAS DE EMERGENCIA
El director de Cáritas diocesana de Madrid calcula que con unos 500.000 euros se podrían paliar estas necesidades inmediatas de los vecinos de la Cañada Real. Además, estiman que colocar placas solares podría ascender a 6 millones de euros.
Y aunque hasta ahora han sido las ONG las que han proporcionado la leña o las estufas, piden a las administraciones local y autonómica que asuman su responsabilidad. "Las entidades somos subsidiarias, pero la administración sería quien tendría que estar en la locomotora", ha apostillado la responsable de Obras Sociales Diocesanas de Cáritas Diocesana de Madrid.
Estas serían medidas paliativas porque la solución, según indican, es el realojo de las familias. Precisamente, el pasado martes, el Comité Ejecutivo del Pacto por la Cañada Real Galiana fijó una hoja de ruta para el realojo de 300 familias, lo que supone el 30% del total del sector VI, pero quedará un 70 por ciento por reubicar.
"El realojo, por supuesto que es la solución, que tengan una vivienda digna, pero lo que vemos las entidades, al ritmo que van los realojos, es que puede irse a más de 10 años. Es un ritmo muy lento. Hay que dar soluciones inmediatas porque el frío lo tenemos ya encima", ha advertido Luis Hernández Vozmediano, al tiempo que ha instado a "acelerar los realojos".
Por otro lado, sobre si existe una imagen negativa de la Cañada Real, que se asocia con el tráfico de drogas, el director de Cáritas Diocesana de Madrid ha querido poner fin a este mito y ha puntualizado que, de las 900 familias que viven en el sector VI de la Cañada Real "solo un 5% de personas son las que trafican y se enriquecen con la droga".
"No se puede generalizar. El resto son personas que intentan salir adelante, algunos tienen pequeños trabajos mal remunerados, y quieren vivir una vida normalizada", ha enfatizado Hernández Vozmediano.
INFORMACIONES "SENSACIONALISTAS"
También ha culpado a los medios de comunicación por publicar noticias "sensacionalistas" relacionadas únicamente con "la droga y los traficantes". "Hay una responsabilidad de todos los medios de dar una información más veraz", ha apuntado.
Sobre las declaraciones de la consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, Paloma Martín, quien dijo que "no se puede aceptar que se ponga en riesgo la vida de las personas" y que "las instalaciones eléctricas incumplen la normativa y hay un claro riesgo de incendios", el director de Cáritas Madrid considera que estas palabras tienen "ciertas dosis de certeza" porque las instalaciones no han sido supervisadas por técnicos autorizados.
Si bien, ha pedido no meter "en el mismo saco" a unas personas que están con "enganches ilegales para su lucro" --ese 5%, esas 30 parcelas que se calcula que tienen plantaciones de marihuana-- con otras que están "con enganches no autorizados para su supervivencia". "Es totalmente distinto", ha subrayado.
En todo caso, desde Cáritas Madrid creen que intentar solucionar el problema del suministro eléctrico es entrar en "un círculo vicioso que no hay quien rompa en este momento", por lo que insisten en la importancia de poner en marcha medidas de mitigación para paliar las consecuencias de la falta de luz.
Asimismo, la organización de la Iglesia católica denuncia la falta de trabajadores sociales, pues hay "una para todo el sector VI" cuando "prácticamente el 100% de las familias necesita acompañamiento". Cáritas Madrid cuenta con dos profesionales en Cañada Real para 180 familias y aun así van "ahogados", según reconoce Susana Hernández.