Actualizado 26/03/2017 11:33

Eugenio, refugiado ruso: "Lo más duro al llegar a España fue el miedo por no saber qué iba a pasar con nosotros"

 

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   MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Eugenio y su pareja llegaron a España en abril de 2010. Tuvieron que huir de Rusia debido a su condición sexual y, tras varias entrevistas en la oficina de asilo y vivir en un centro de acogida, lograron la tarjeta de residencia con el estatus de refugiado. "La espera fue muy dura pero hemos encontrado a mucha gente buena en nuestro camino que nos han acogido muy bien. Estoy muy agradecido", afirma Eugenio.

   Por el camino ha vivido momento difíciles como dejar Rusia, decir adiós a su familia y no saber cuándo se volverían a ver. O como su llegada a España, llena incertidumbre por no saber qué sería de ellos en un futuro. "Miedo por cómo va a ir la vida, de qué íbamos a vivir, si se iban a resolver los papeles", añade. Sin embargo, el miedo no duró mucho porque, al año de llegar a España, Eugenio encontró un trabajo estable como auxiliar de geriatría y su pareja en un restaurante de comida rápida.

   Esto les permitió poder mantenerse sin ayudas y poder salir del centro de acogida de refugiados. Un centro al que Eugenio recuerda con mucho agradecimiento. "Durante seis meses nos dieron clases de castellano. Eso fue muy importante porque lo primero que tienes que aprender es el idioma para conectar con el mundo aquí", explica.

   Ahora acaban de pedir la renovación del NIE y la tarjeta de residencia y asegura que se han quedado "impresionado" por las colas que se han encontrado en la oficina de asilo. "La oficina está llena de gente de todas las nacionalidades, chinos, coreanos, de américa latina, la gente gay de todos los países, la gente de países árabes, ucranianos, rusos... Hace siete años no era así", dice.

   Por su experiencia en el proceso de asilo, Eugenio opina que en España es todo "más humano" que en otros países. Aún así, cree que se debería de construir más alojamiento para los refugiados y debería de haber más personal en la oficina de asilo para que se pueda resolver todo más rápido.

   El balance de estos siete años es "muy positivo. De hecho, ya no se imagina viviendo en otro país. A Rusia "lamentablemente" no quiere volver. Lo que más le gusta de Madrid es "la gente que es bastante abierta y la libertad". Además, del buen tiempo y la cercanía del mar. Para un futuro lo único que quiere es una casa propia. "Un rincón, con mi pareja, donde sea, pero propio".

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Este video forma parte del especial #10AñosEPsocial que recopila 10 reportajes que analizan la evolución de diversos temas sociales en la última década y el proyecto '10 años, 10 voces' donde se da voz a los protagonistas de los colectivos sobre los que informa EPSocial

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