ESTRASBURGO (FRANCIA), 10 (EUROPA PRESS)
Todos los grupos políticos de la Eurocámara coincidieron este miércoles en condenar la muerte del disidente cubano Orlando Zapata y en reclamar al régimen de La Habana respeto a los Derechos Humanos y avances hacia la democracia, pero la posibilidad de normalizar las relaciones con la isla, como defiende la presidencia española de la Unión Europea, no logra el consenso del Parlamento Europeo.
Durante el debate celebrado este miércoles previo a la resolución que se votará este jueves para condenar la muerte de Zapata, el grupo mayoritario de la Eurocámara, el PPE, defendió por "coherente" el mantenimiento de la llamada Posición Común de la Unión Europea establecida en 1996 que condiciona el diálogo político con Cuba al avance en Derechos Humanos. Sin embargo, los Verdes y la Izquierda advirtieron del peligro de recuperar la "política del bloqueo".
"La Posición Común del Consejo está vigente y es una posición honorable, porque pide la liberación inmediata e incondicional de los presos políticos, y coherente, porque pide que se respeten los derechos y las libertades fundamentales para anclar a Cuba a nuestros sistema de valores y no a los de China o Vietnam", dijo el eurodiputado del PPE José Ignacio Salafranca.
En nombre del Grupo Socialista, Luis Yáñez Barnuevo, pidió "no entrar de momento" en un tema que divide y centrarse en "salvar vidas" y defender los Derechos Humanos. En este sentido, propuso "abrir un periodo de reflexión serena" para buscar "lugares de encuentro sobre la política futura con Cuba".
Su compañera de filas, María Muñiz, fue sin embargo mucho más allá, al defender abiertamente el cambio de la Posición Común. A su juicio, la muerte de Zapata puede ser un "detonante" para "dejar de hablar" de los Derechos Humanos y "empezar" a trabajar por ellos.
Para ello, es necesario empezar a pensar en modificar la Posición Común porque, en su opinión, es "un obstáculo que bloquea cualquier posibilidad de diálogo político". "La Posición Común es un instrumento periclitado y caduco, que se adoptó el siglo pasado por 15 Estados miembros de la UE", subrayó. "El bloqueo al diálogo con Cuba es una extravagancia en las relaciones exteriores de la UE", continuó.
Raül Romeva (ICV), mientras, advirtió del riesgo de "instrumentalizar políticamente" el caso Zapata para otras cuestiones que "pueden ser peligrosas". "En ningún caso deberíamos caer en la tentación de querer volver a tiempos pasados donde recuperáramos esa fracasada política del bloqueo y del embargo, porque ya sabemos qué consecuencias tiene", dijo.
Más beligerante fue el eurodiputado de Izquierda Unida, Willy Meyer, cuyo grupo político no firma la resolución que votará el pleno mañana y que durante el debate denunció que la Eurocámara no haya condenado el golpe de Estado de Honduras o no se pronuncie sobre la violación de los Derechos Humanos en Colombia. "No vamos a caer en esa hipocresía", avisó.
Meyer pidió por tanto "una relación de tú a tú" con la isla, basada en el diálogo. "Lo que reclamamos es la normalización de las relaciones con Cuba, tal y como hace la Unión Europea con el resto de países del mundo", reclamó tras preguntar abiertamente a la presidencia española de la UE si piensa poner fin a la Posición Común.
Radicalmente en contra de cualquier normalización de relaciones con el régimen castrista se mostraron los eurodiputados procedentes de la antigua Europa del Este. El polaco del Grupo de Conservadores y Reformistas (ECR), Piotr Poreba, llegó a pedir condicionar las ayudas a Cuba a los avances en Derechos Humanos.
"¿Es posible seguir dialogando con este régimen?", se preguntó. La respuesta que ofreció al hemiciclo es que hace mucho que la UE pide cambios, que la transición no ha aportado ninguno y que el dinero que lleva gastado la Unión sólo ha servido para "perpetuar la consolidación de una tiranía".