MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de profesores de la Universidad Pontificia de Comillas ha recopilado en el libro 'Ruanda se reconcilia' (Mensajero) siete historias de perdón 25 años después del genocidio en Ruanda que comenzó el 7 de abril de 1994 y dejó 800.000 víctimas en cien días de matanzas de tutsis y hutus moderados.
Se trata de "historias personales de reconciliación y de perdón sobre las que se va reconstruyendo un país herido", según explican los autores: las psicólogas María Prieto y Ángela Ordóñez; la filóloga Pilar Úcar y el profesor de Teología José García de Castro.
El libro se estructura en tres partes. La primera se titula '¿Cómo funciona la dinámica de la reconciliación?' y desgrana las claves psicológicas de los conflictos violentos. El objetivo es que el lector entienda mejor qué pasos son necesarios para la reconciliación e identificar las tareas imprescindibles para lograr el perdón "incluso de aquello que en principio, parece imperdonable".
En la segunda parte del libro, los autores rememoran la historia del genocidio en '¿Qué pasó en Ruanda? La larga historia de un conflicto', un relato que llega a lo hondo de la historia de un pueblo en conflicto étnico desde hace siglos: hutus (un 85% de la población ruandesa); tutsis (un 14%) y twas (un 1%).
Los autores explican que a lo largo de la historia de Ruanda, estas etnias han ocupado diversos espacios públicos y responsabilidades, a medida que avanzaba el colonialismo belga (1916-1962), la revolución social (1959-1061), la Segunda República (1973-1990), la Guerra Civil (1990) hasta el genocidio sangriento de abril a julio de 1994.
LOS 100 DÍAS MÁS SANGRIENTOS
La muerte del presidente hutu Habyarimana provocó "los 100 días más sangrientos de su historia y de la humanidad". En 1994 el gobierno creó la Comisión Nacional para la Unidad y la Reconciliación, desde donde afloran iniciativas para la paz.
La tercera y última parte del libro, titulada 'Historias de perdón y reconciliación', recopila siete experiencias de violencia y muerte, contadas por los propios protagonistas "heridos por la pérdida de seres queridos durante el genocidio, por una infancia robada o por el sufrimiento de una violencia desmesurada".
Entre estos relatos, destaca el del taxista ruandés Philippe que perdió a sus padres con tres años y hoy siente el enorme agradecimiento por la mujer que lo acogió entre su prole, Valentine, que no dejó de repetirle hasta la muerte: "Perdona, Philippe, perdona".
También se puede encontrar la historia de Jean Claude y Pierre, dos agricultores vecinos y amigos que al estallar el genocidio se convirtieron en verdugo y víctima, respectivamente. La familia de Pierre fue asesinada por los secuaces liderados por Jean Claude. Los años y el ansia de perdón movieron a su reencuentro en el seno de la asociación local de contacto de exprisioneros con sus víctimas.
El libro también cuenta la historia del actor Hyppolite que encontró en el teatro su expiación; el relato de la enfermera religiosa Nati, natural de Burgos, que arriesgó su vida por continuar atendiendo a los enfermos; o la historia desde la infancia de Kel y Chantal, una amistad herida por la muerte de la segunda en un acto terrorista de 1997 en el centro escolar.