MADRID 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
Contar con mayor riqueza o tener una vivienda en propiedad disminuye el riesgo de sufrir pobreza energética crónica, según un estudio de la Cátedra de Sostenibilidad Energética del IEB-Universitat de Barcelona, publicado por Fundación Naturgy.
El análisis, presentado este jueves en el seminario '¿Se está cronificando la pobreza energética?', alerta de que España, junto con Portugal, es el país de la Unión Europea con mayor incidencia de pobreza energética entre su población, con un 20,8%.
El estudio, titulado 'Comprendiendo la pobreza energética. Un análisis de la persistencia', constata que "las medidas que se han puesto en marcha para paliar la pobreza energética transitoria no sirven para atajar la pobreza energética crónica y hay que buscar otras soluciones".
Los autores plantean que es preferible adoptar medidas de largo plazo orientadas a conseguir reducir la desigualdad económica y fomentar la igualdad de oportunidades para aliviar la pobreza energética persistente.
En lo relativo a la situación laboral y el nivel educativo, el equipo de investigadores liderado por María Teresa Costa señala que estar trabajando o haber finalizado la educación superior reduce "significativamente" el riesgo de pobreza energética crónica.
Según señala el documento, alrededor de 42 millones de europeos podrían ser reconocidos como pobres energéticos, al no poder acceder a unos servicios energéticos esenciales y a precios razonables en el hogar.
Asimismo, detecta "un aumento notable" de la incidencia en 2023, un incremento que atribuyen "en gran medida" a la crisis energética y a subida de los precios del gas y de la electricidad. Así, indica que el 6,9% de la población de la Unión Europea se enfrentaba a dificultades para mantener sus viviendas a una temperatura adecuada de confort.
Por otra parte, el estudio pone de relieve que los hogares en los que el sustentador principal es una mujer muestran "un mayor riesgo" de padecer pobreza energética transitoria.
En relación con el retraso en el pago de facturas, concluye que los hogares unipersonales tienen una menor probabilidad de experimentar pobreza energética, ya sea transitoria o crónica, algo que achacan a que este colectivo haya "restringido" su consumo de energía.
Tras la presentación de las conclusiones del estudio, ha tenido lugar una mesa de expertos moderada por el investigador científico del Instituto de Política Públicas del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Pablo del Río González, sobre la dinámica de la pobreza energética a lo largo del tiempo y los factores que pueden convertirla en un problema crónico.
La coordinadora del Applied Economics & Policy Group del Center for Economics at Paris-Saclay (CEPS), Maria-Eugenia Sanin, ha puesto como ejemplo los "mecanismos de protección social integrales" que se aplican en algunos países, en los que una tarjeta social identifica la situación de vulnerabilidad y la ayuda es integral: alimentos, energía, vivienda, educación.
"Todos los miembros de la familia tienen un seguimiento en términos de subsidio, y se evitan errores de exclusión. Como la vivienda forma parte de esa protección, se puede integrar la cuestión de la pobreza energética", ha explicado. Sanin también ha propuesto aplicar innovación regulatoria y financiera para reducir tanto la pobreza energética como su persistencia.
Por su parte, la profesora del Industrial Economics de la Nottingham University Business School, Monica Giulietti, ha señalado que a través del desarrollo de la eficiencia energética se podrá "resolver el acceso inclusivo a la energía y el acceso de aquellas comunidades más vulnerables, teniendo en cuenta que va a haber un coste".
Por su parte, el catedrático de Economía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y miembro del Comité Técnico de la Fundación FOESSA, Luis Ayala, ha apuntado que "la pobreza es fundamentalmente monetaria, y se refleja en distintas dimensiones parciales". "Las dificultades y costes de acceso a servicios energéticos se multiplican cuando una renta es baja. Sin políticas más ambiciosas, los problemas puntuales pueden convertirse en crónicos", ha precisado.
En la clausura de la jornada, el director general de planificación y coordinación energética del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), Víctor Marcos Morell, ha agradecido la organización a este seminario en un momento de "plena reflexión sobre la nueva estrategia de pobreza energética".
Por su parte, el presidente de Fundación Naturgy, Rafael Villaseca, ha señalado que "caben pocas dudas de que hay que hablar de la cronificación" y "los índices no son optimistas". "En 2023, las cuestiones relativas a la pobreza energética no han mejorado: las temperaturas inadecuadas en algunos hogares en invierno han empeorado a pesar de los esfuerzos, y aún forma parte de preocupaciones de instituciones públicas y privadas", ha subrayado.