LAHORE (PAKISTÁN), 27 (Reuters/EP)
Una mujer de 25 años han sido lapidada hasta la muerte por su propia familia frente a uno de los principales tribunales de Pakistán este martes en un llamado 'crimen de honor' por haberse casado con el hombre que amaba, según ha informado la Policía.
Farzana Iqbal estaba esperando a que el Tribunal Superior de Lahore, en el este del país, abriera cuando un grupo de una docena de hombres la ha atacado lanzándole ladrillos, ha relatado Umer Cheema, un alto cargo policial.
Su padre, dos hermanos y su antiguo prometido figuran entre los agresores, ha precisao. Iqbal ha sufrido graves heridas en la cabeza y ya en el hospital se ha declarado su muerte, ha precisado la Policía.
Todos los sospechosos, salvo el padre, han escapado. Este ha reconocido el asesinato de su hija, según Cheema, y ha explicado que se trataba de una cuestión de honor. Muchas familias paquistaníes consideran que el hecho de que una mujer se case con un hombre de su elección provoca la deshonra de la familia.
Iqbal había sido comprometida con su primo pero se casó con otro hombre, ha indicado Cheema. Su familia había registrado una denuncia por secuestro contra el hombre pero Iqbal había acudido al tribunal para argumentar que se había casado por su propia voluntad, según el responsable policial.
Alrededor de un millar de mujeres paquistaníes son asesinadas cada año por sus propias familias en crímenes de honor, según la Fundación Aurat, un grupo de defensa de los Derechos Humanos paquistaní. Sin embargo, esta organización advierte de que la cifra real probablemente sea mucho superior, ya que ellos solo recopilan los asesinatos que aparecen en los medios. El Gobierno paquistaní no elabora estadísticas nacionales.
Según los activistas, muy pocos casos llegan a los tribunales y los que lo hacen tardan años en resolverse. Incluso aquellos que terminan en una condena muchas de las veces acaban con los asesinos en libertad. La legislación paquistaní permite a la familia de una víctima perdonar a su asesino.
Pero en los crímenes de honor, muchas de las veces los asesinos de las mujeres son sus propios familiares, subraya Wasim Wagha, de la Fundación Aurat. La ley les permite encargar a alguien llevar a cabo el asesinato y luego perdonarle. "Este es un gran vacío en la legislación", denuncia. "Estamos trabajando muy duro en este asunto", asegura.