MADRID 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
El cambio de actitud y tono anímico de la mujer, el aislamiento respecto de sus amistades o de su entorno familiar, la justificación las humillaciones a las que es sometida en público por su novio o marido y la irascibilidad, son algunas de las claves que pueden ayudar al entorno de una pareja a detectar si la relación puede acabar convirtiéndose en un caso de violencia de género.
Así lo ha explicado en declaraciones a Europa Press el delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, quien si bien incide en que "no hay una norma genérica", apunta ciertos "elementos objetivos" que suelen darse en la mayoría de los casos antes de que se comiencen a producir las agresiones físicas, y que pueden servir al entorno de la mujer para "evitar situaciones más graves".
Lorente ha recordado que en la violencia de género el objetivo del hombre es ejercer un control sobre la víctima, para lo que utiliza diferentes vías hasta llegar finalmente a la violencia. Por eso, explica, "una de las cosas que busca el maltratador es aislar a la mujer", "acapararla" a fin de que no pueda cuestionar su conducta, por ejemplo, intercambiando impresiones con gente de su confianza.
"Se nota en un cambio de actitud en la mujer, que empieza a sentirmse más incómoda, más callada, más distante o más triste y melancólica, como venida abajo", ha señalado Lorente, para apuntar que cuando una mujer se ve inmersa en una relación de este tipo "responde con cierta irascibilidad y cuando su pareja está presente está muy pendiente de todo lo que dice, siempre intentando evitar un enfrentamiento".
ACERCARSE A ELLA
El delegado del Gobierno apunta que "todo esto puede por lo menos, hacer sospechar que puede haber algo que no está funcionando bien dentro de la relación", aunque reconoce que es más fácil de detectar en el entorno de la víctima, que es quien la conoce y por tanto, nota el cambio, ya que en un contexto nuevo para ella es más difícil descubrirlo.
No obstante, para estas situaciones "de cierta normalidad", como que la mujer y su pareja se reunan con un grupo de amigos, cuando hay cierto grado de desarrollo de la relación sobre la violencia se puede notar en que la mujer "tienen poco contacto con los demás y siempre está al lado de la pareja, que no les hace mucho caso".
Además, él "suele aprovechar cualquier oportunidad para ridiculizarla o llamarle la atención por algo y si habla con personas que no son muy cercanas a él rapidamente la llama para tenerla cerca" expresando así "actitudes de control y de crítica, que cuando se hace para causar daño, se da en público".
En este sentido, explica que si la situación de violencia en la relación está muy avanzada, "él se va a encargar de humillarla en público" ya que "aprovechar la más mínima cuestión para hacer una crítica es muy típico de una persona que busca el control, que quiere dominar y responsabilizar de lo que pase a la persona que lo sufre". Si además, "hay un problema objetivo, como que a ella se le cae algo al suelo, el machaque será sistemático", añade.
Para Lorente, "si se detectan ese tipo de actitudes de control, esas reacciones de ella, justificando muchas cosas", lo oportuno en estos casos es "hacer un seguimiento" e intentar llegar a ella, ya sea hablando con su familia o sus amigos de confianza. Se trata, en su opinión, de "intentar buscar estrategias para acercarse a ella" y poder hacerle ver que "eso no es normal, que no puede justificarse ni integrarse dentro de la relación de pareja".
"En una situación en la que no existiría aún violencia física, la forma de evitar que la mujer entre en dependencia emocional y a tener ciertas dificultades para percibir lo que le está pasando, es, en lugar de contribuir al distanciamiento, luchar para salvarlo y buscar estrategias para acercarse a ella, aunque vaya a cerrarse", ha indicado el experto.
Asimismo, ha indicado que si "una persona puede detectar un caso así y no sentirse capaz de llegar a ella, entonces tiene que apoyarse en su entorno para poder acercarse", por ejemplo, hablando directamente con su familia o con sus amistades más cercanas". "Entre todos, hay que llegar a ella y hacerle ver que no es normal, que no puede seguir así", ha señalado.