Actualizado 09/10/2012 12:53

Casi 870 millones de personas sufren subnutrición crónica en el mundo, según la ONU

El informe indica que, si se mantiene el ritmo de los últimos 20 años, podrían cumplirse en 2015 los Objetivos del Milenio respecto al hambre

MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -

Cerca de 870 millones de personas, una octava parte de la población mundial, han padecido subnutrición crónica en el período 2010-2012, según revela el nuevo informe de la ONU sobre el Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2012 (SOFI, por sus siglas en inglés), que advierte, no obstante, de que si se mantienen hasta 2015 las tendencias de los últimos 20 años se cumplirá la meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad el hambre en el mundo.

El informe SOFI, hecho público este martes y difundido conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), revela que la gran mayoría de las personas que padecen hambre, 852 millones, viven en países en vías de desarrollo --alrededor del 15 por ciento de su población--, mientras que "16 millones de personas están subnutridas en los países desarrollados".

"En el mundo actual de oportunidades sin precedentes a nivel tecnológico y económico, nos parece totalmente inaceptable que más de 100 millones de niños menores de cinco años tengan falta de peso, y por lo tanto no puedan desarrollar todo su potencial humano y socioeconómico, y que la desnutrición infantil provoque la muerte de más de 2,5 millones de niños cada año", afirmaron José Graziano da Silva, Kanayo F. Nwanze y Ertharin Cousin, responsables respectivamente de la FAO, el FIDA y el PMA, en el prólogo del informe.

Según el informe SOFI, el número total de personas hambrientas disminuyó en 132 millones entre 1990-92 y 2010-12, lo que equivale a pasar del 18,6 por ciento al 12,5 por ciento de la población mundial, y del 23,2 por ciento al 14,9 por ciento en los países en desarrollo. Con ello, advierte el documento, "la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio estaría al alcance si se adoptan las medidas adecuadas".

"El mundo posee los conocimientos y los medios para eliminar toda forma de inseguridad alimentaria y desnutrición", prosiguieron los autores del informe. "Para ello se necesita un enfoque de 'doble vía', basado en el apoyo a un crecimiento económico de base amplia (incluyendo la agricultura) y redes de seguridad para los más vulnerables", agregaron.

El informe indica también que la cifra de víctimas del hambre disminuyó de forma más pronunciada de lo que se creía entre 1990 y 2007. Desde 2007-2008, sin embargo, el progreso global en la reducción del hambre se ha ralentizado y estabilizado, a pesar de que el aumento del hambre durante ese mismo período fue "menos grave de lo que se pensaba" y de que la crisis económica de 2008-2009 "no provocó de forma inmediata una fuerte desaceleración económica en muchos países en desarrollo, como se temía que podía suceder".

En este sentido, el informe destaca que el impacto de los precios internacionales de los alimentos en los mercados nacionales fue "menos pronunciado de lo asumido en un primer momento", y muchos gobiernos "lograron amortiguar los choques y proteger a los más vulnerables de los efectos del alza de precios".

El estudio sugiere también que, si se adoptan medidas adecuadas para revertir la desaceleración de 2007-08 y para alimentar a los hambrientos, cumplir la meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre en el mundo en desarrollo en 2015, "es aún posible".

"Si la reducción media anual del hambre de los últimos 20 años continúa hasta 2015, el porcentaje de subnutrición en los países en desarrollo alcanzaría un 12,5 por ciento", una cifra que estaría todavía por encima de la meta del ODM del 11,6 por ciento, pero "mucho más cerca de lo que se pensaba anteriormente".

POR REGIONES

Por regiones, el informe SOFI indica que la subnutrición en los dos últimos decenios disminuyó casi un 30 por ciento en Asia y el Pacífico, de 739 millones a 563 millones de personas, debido principalmente al progreso socioeconómico de muchos países de la región. A pesar del crecimiento de la población, la prevalencia de la subnutrición en la región se redujo del 23,7 por ciento al 13,9 por ciento, prosigue el estudio.

América Latina y el Caribe también han progresado, pasando de 65 millones de personas hambrientas en 1990-1992 a 49 millones en 2010-2012, mientras que la prevalencia de la desnutrición bajó del 14,6 por ciento al 8,3 por ciento. Sin embargo, el ritmo de los avances ha disminuido recientemente.

África ha sido la única región donde el número de personas hambrientas aumentó en el período citado, pasando de 175 millones a 239 millones, con casi 20 millones sumados en los últimos cuatro años.

La prevalencia del hambre, aunque se redujo, ha aumentado ligeramente en los últimos tres años, del 22,6 por ciento al 22,9 por ciento, casi una cuarta parte de la población. "En África Subsahariana, los modestos avances logrados en los últimos años hasta 2007 se anularon, con un aumento del hambre del dos por ciento anual desde entonces", se lee en el informe.

Las regiones desarrolladas también han visto aumentar el número de personas que pasan hambre, de 13 millones en 2004-2006 a 16 millones en 2010-2012, "revirtiendo una tendencia constante a la disminución en los años anteriores, desde los 20 millones de hambrientos que se calculaban en 1990-1992", revela el documento.

AGRICULTURA Y NUTRICIÓN

Entre las soluciones que propone el informe para reducir el hambre y la malnutrición destaca la necesidad de integrar el crecimiento económico con la mejora de la nutrición y, en este contexto, fomentar el crecimiento agrícola, dado que "la mayoría de los pobres dependen de la agricultura y las actividades asociadas" para obtener sus medios de subsistencia.

"El desarrollo agrícola que involucre a los pequeños agricultores, especialmente a las mujeres, será más eficaz en la reducción de la pobreza extrema y el hambre al generar empleos para los pobres", destacan los autores del estudio.

Aparte, el crecimiento no solo debe beneficiar a los pobres, sino que también debe ser "sensible a la nutrición", a fin de reducir las diversas formas de desnutrición. "La reducción del hambre es algo más que aumentar simplemente la cantidad de alimentos, se trata también de mejorar la calidad de los alimentos en términos de diversidad, el contenido de nutrientes y la inocuidad", asegura el informe SOFI.

"Mientras que 870 millones de personas siguen padeciendo hambre, el mundo se enfrenta cada vez más a un doble lastre de la malnutrición: la subnutrición crónica y la carencia de micronutrientes coexisten con la obesidad, el sobrepeso y las enfermedades no transmisibles asociadas, que afectan a más de 1.400 millones de personas en el mundo", aseguran los autores del estudio.