Expertas alertan de que los niños reproducen la conducta del maltratador como forma de conseguir lo que desean y piden prevención en las aulas
MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Blanca Hernández, ha llamado a los jueces a pronunciarse "siempre" sobre el régimen de los menores cuando resuelvan casos de violencia de género, porque en la actualidad "no se está haciendo".
En la inauguración de una jornada sobre "El Impacto de la Violencia de Género en Niñ@s y Adolescentes" que se celebra en el Instituto de la Juventud, en Madrid, Hernández ha hecho estas declaraciones en relación a la necesidad de reforzar la protección jurídica de los menores cuyas madres son maltratadas.
"Lograr que siempre exista pronunciamiento judicial en relación al régimen de los menores" es una de las medidas que ha destacado, junto a la necesidad de adaptar la protección frente a la violencia a las necesidades particulares de cada mujer y cada niño mediante planes personalizados.
La delegada del Gobierno ha recordado la situación de "profundo desvalimiento" en que se encuentran estos niños y adolescentes y ha incidido en que la violencia sobre sus madres "tiene efectos similares" sobre su salud y su desarrollo al maltrato ejercido sobre ellos directamente.
Asimismo, ha destacado que según la Macroencuesta sobre Violencia de Género realizada por el CIS en 2010, siete de cada diez víctimas de malos tratos tienen hijos y el 61% de ellas reconoce que los menores han sufrido también las agresiones. En esta línea, ha denunciado que "los niños se instrumentalizan" en el maltrato y son utilizados "como herramienta contra las mujeres", llegando a ser "vícimas mortales como medio de agredir a la madre hasta el extremo".
Por otra parte, se ha referido a las adolescentes y jóvenes que sufren directamente el maltrato en sus relaciones personales y ha avanzado que su departamento ultima un estudio sobre ciberacoso y juventud, otro sobre educación y violencia de género y una encuesta de grandes proporciones para "tener conciencia de la magnitud del problema" entre los menores de 30 años.
Según ha dicho, los datos, "por irrebatibles", son el mejor modo de concienciación, por un lado, y de detección temprana, por el otro. En este sentido, ha destacado la importancia de trabajar directamente en los centros educativos y utilizar las nuevas tecnologías "para llegar a la población más joven" que, en muchos casos, no sabe reconocer las situaciones de violencia.
PREVENCIÓN SIN EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA
Hernández daba el pistoletazo de salida a una jornada de estudio sobre esta cuestión en la que han participado, entre otras, la magistrada jefa de la Sección del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género adscrito al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Pilar Llop; y la psicóloga especialista en Malos Tratos y miembro de una Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género, Pilar Menchón.
Asimismo, ha señalado que en la actualidad los datos judiciales están "estabilizados" con una oscilación "muy leve hacia la baja del número de denuncias presentadas". En paralelo, ha recordado el incremento de delitos de violencia doméstica y de género cometidos por menores de edad que refleja la Memoria Anual de la Fiscalía General del Estado correspondiente al año 2012.
Todo esto lleva a la jurista a la conclusión de que hay que centrarse en la prevención. "Tenemos que poner la atención en qué están haciendo nuestros niños y cómo les estamos educando", ha señalado, para incidir en que si bien la responsabilidad última es de los padres, los poderes públicos no pueden eludir su responsabilidad al respecto.
Sobre este asunto, se ha referido a la reforma educativa en la que trabaja el Gobierno para destacar por un lado, que la legislación actual estaba siendo "eficaz" en la prevención de la violencia en las aulas porque las cifras de acoso escolar se han reducido, y, por otro, que el proyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que habrá de sustituirla, elimina Educación para la Ciudadanía, "precisamente el vehículo curricular para introducir esta formación específica en los planes de estudio".
VIOLENCIA PARA CONSEGUIR UN OBJETIVO
Por su parte, la psicóloga ha centrado su intervención en los efectos que en los niños tiene presenciar la violencia sobre sus madres y ha incidido en que si bien hay mujeres que creen que los niños no sufren porque las agresiones físicas recaen sobre ellas, la realidad enseña que se producen "graves heridas emocionales" y no sólo daños psicológicos sino también "un sesgo cognitivo".
En este sentido, ha apuntado que "los niños están viendo que las normas del maltratador y sus creencias son las que valen, consolidando así estereotipos de abuso de poder" a los que recurrirán cuando quieran "salirse con la suya" porque han visto que de ese modo, el que maltrata consigue lo que desea. "Es fácil que el niño imite ese tipo de conducta para salirse a su vez con la suya y, una vez lo haya conseguido así, se verá reforzado aún más", ha advertido.
Aunque el impacto de la violencia "varía mucho" en función de la situación del menor, en los niños más pequeños, según ha explicado, se producen, entre otros, "retraimiento y perdida de habilidades adquiridas", así como alteración del sueño y de los hábitos alimenticios o sentimiento de culpa y vergüenza. En los que son un poco mayores, se transforma además en rechazo del propio cuerpo o perdida de habilidades sociales. "Tenemos mucho que hacer y mcuho que visibilizar. La prevención es vital", ha concluido.