MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha criticado este viernes que España tiene "una deuda pendiente muy grande con la memoria democrática" y, según ha apuntado, "particularmente con la memoria democrática de las mujeres".
Montero ha clausurado las jornadas 'Feminismo y Memoria: Sin memoria no hay futuro', organizado por el Instituto de las Mujeres, en el que ha estado rodeada de activistas, entre las que se encontraba Taty Almeida, miembro de las Madres de la Plaza de Mayo de Argentina.
A ella se ha dirigido, cogiéndole la mano, para señalar que para ella las activistas feministas las Madres de la Plaza de Mayo son "una referencia democrática y de memoria internacional". "Os consideramos también nuestras madres y nuestras abuelas porque vuestras formas de lucha inspiran muchas formas de lucha de las mujeres que luchan hoy y también de nuestras hijas y nuestros hijos", ha asegurado.
Montero ha explicado que estas mujeres son un ejemplo en España porque, en el país tiene "todavía mucho camino por recorrer" y "una deuda pendiente muy grande con nuestra memoria democrática y particularmente con la memoria democrática de las mujeres".
DEFENSA DE LA LUCHA DE LAS MUJERES
En su intervención, la ministra ha reconocido a aquellas mujeres que "han puesto el cuerpo" en la lucha democrática "tanto como los hombres y en tareas y tan importantes" como las que ellos realizaban pero "han sido mucho menos reconocidas y mucho más invisibilizadas".
Se ha referido así a aquellas que fueron "rapadas, rociadas con aceite de ricino, torturaras, encarceladas, silenciadas y asesinadas" y que fueron víctimas de una "violencia política y violación sistemáticas de derechos humanos", como los hombres, pero también a aquellas que sufrieron violencia "específica" por ser mujeres como "el disciplinamiento de los cuerpos, el control de la sexualidad" o "todas las formas de agresión sexual".
Del mismo modo, ha reconocido como militantes a las mujeres que luchaban fuera de las organizaciones, sindicatos, partidos políticos o asambleas y, desde sus casas, enseñaban a leer, hacían tareas de cuidados o se ocupaban de tareas de resistencia o avituallamiento. Tareas, a su juicio, "imprescindibles para que la lucha democrática pudiera seguir adelante".
RECONOCIMIENTO DEL MILITANTE
El acto ha sido inaugurado por la directora del Instituto de las Mujeres, Antonia Morillas, que también ha puesto el foco en la memoria como "acto de futuro". Morillas ha defendido que para hacer esa memoria de futuro hay que "nombrar a las que fueron antes" y, en este sentido, ha destacado "el papel de las mujeres antifascistas durante la Guerra Civil y en la resistencia".
Morillas ha dado paso a los testimonios de las mujeres invitadas. En su intervención, Taty Almeida, ha destacado que esta iniciativa coincide con el aniversario del golpe de Estado en Argentina. "Las mujeres pusimos el cuerpo y así nadie nos paró", ha explicado. Y, aunque ha reconocido que quedan ya "muy pocas madres y abuelas" de la Plaza de Mayo, también ha celebrado que existe "una juventud estupenda militante". "No hay que tenerle miedo a la palabra militancia. Es compromiso, compañerismo y ayudar al otro", ha advertido.
De las madres ha hablado también Ana Pomares, superviviente de 'La Desbandá', ya que, a su juicio, son las que "más sufrieron" durante la Guerra Civil. "Son las que tuvieron más valor que nadie", ha relatado, antes de señalar que estas mujeres "se iban a los pueblos en busca de pan para que no faltara de nada" a sus familias. En su intervención, ha reclamado también que "se saque a todos de las cunetas" y ha celebrado la exhumación de Queipo de Llano. "Ha sido tarde pero al final salió de la Macarena", ha señalado.
Por su parte, María José Picó, víctima de la trama de bebés robados, ha explicado que busca a su hermana melliza nacida en 1962 en Alicante y ha narrado la información con la que cuenta de aquellos hechos. De trata, según ha indicado, de un "proceso brutal de búsqueda" consecuencia de que "las instituciones" han ayudado "poco o nada".
Consuelo G. Del Cid Guerra, por su parte, ha narrado su testimonio como superviviente de los reformatorios franquistas y ha explicado que, cuando salió, hizo "una promesa a mis compañeras": "Os juro que yo seré escritora y aunque pasen 40 años el país entero se va a enterar de lo que nos han hecho".
También se han pronunciado durante el acto la activista feminista Justa Montero, quien ha recordado que "en 1997" fue "el movimiento feminista" el que "logró impugnar la denominación de presas comunes" por "presas políticas". "Pensaban que se nos podía explotar indefinidamente como mano de obra barata en sectores feminizados, donde no iban a tener respuesta, pero fuimos capaces de organizar las primeras comisiones obreras en la industria del textil", ha concluido la histórica dirigente de CC.OO, Nati Camacho.