MADRID, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS) ha alertado de que las medidas de protección frente al COVID-19 en el ámbito educativo pueden suponer un obstáculo para el aprendizaje del alumnado con sordera, ante el todavía incierto escenario educativo que se presenta por el inicio del curso escolar.
En este sentido, hace referencia a medidas sanitarias como la distancia de seguridad o el uso obligatorio de la mascarilla en la modalidad de escolarización presencial que suponen, como señalan la asociación, "un obstáculo en el acceso a la comunicación, a la información y, por tanto, impactan directamente sobre el alumnado con sordera".
Por ello, cree necesario garantizar el acceso a la información, así como a los contenidos y materiales de enseñanza y aprendizaje, a través de la dotación de productos de apoyo a la audición como los sistemas FM y de inducción magnética.
También solicita una previsión de refuerzos educativos y de apoyo específicos para compensar las carencias y limitaciones formativas acumuladas en la situación vivida en los últimos meses del curso anterior, debidas a la falta de accesibilidad en la educación a distancia.
Además, indica que, tanto en el caso de implementarse un segundo escenario en modalidad de escolarización semipresencial o un tercero en modalidad a distancia, será necesario utilizar no solo plataformas tecnológicas accesibles para el contacto con el tutor y los profesores, sino que los mensajes y contenidos transmitidos sean igualmente accesibles vía textos y subtitulado.
Considera que el subtitulado también deberá estar presente en todos los programas educativos televisados, singularmente los emitidos a través de las cadenas públicas, así como en cualquiera de los materiales audiovisuales que se utilicen para impartir las asignaturas y en cualquier entorno virtual que se genere para impartir clases, videoconferencias y espacios online para encuentros formales e informales con los compañeros de clase y curso.
Por último, insiste en que la dotación de recursos tecnológicos para paliar la brecha digital también impacta en las familias especialmente vulnerables, por tanto, su dotación debe preverse desde el inicio del curso escolar.