MADRID, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha asegurado que las mujeres "al final" "están sometidas a un mismo sistema" aunque las condiciones materiales difieran según el país. Así lo ha puesto de manifiesto este lunes 6 de septiembre en su intervención en la inauguración del curso 'Hacia una radicalización feminista de la democracia, de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), organizado por el Instituto de las Mujeres.
Ha insistido así en las afirmaciones realizadas hace una semana cuando recalcó que todas las sociedades y culturas tienen mecanismos de opresión a mujeres aludiendo al "machismo" tanto en Afganistán como en España.
De este modo, ha indicado que este reconocimiento del patriarcado y del machismo como base de la vulneración de derechos de la mujer es por lo que "la lucha de las mujeres afganas" interpela "a todas las mujeres del mundo".
"Es el motivo por el que su lucha es nuestra lucha, aunque nuestras condiciones materiales de existencia en los diferentes países puedan diferir", ha declarado, antes de añadir que, "al final", las mujeres están "sometidas a un mismo sistema".
"HIPOCRESÍA" DE LA DERECHA
La ministra ha cargado contra la "enorme hipocresía" de la derecha que, ahora, denuncia la situación de las mujeres en Afganistán y no lo hace en otros países como Arabia Saudí o Yemen donde, ha explicado, "las mujeres tienen enormes dificultades" y "también sufren terribles violencias" para "acceder a sus derechos fundamentales".
En este sentido, ha criticado precisamente el "escándalo" que "la derecha está organizando" por que ella misma ha dicho que el machismo y el patriarcado "es la base de las vulneraciones gravísimas de derechos que están sufriendo las mujeres en este momento en Afganistán".
A su juicio, negar esta afirmación es como negar que "los asesinatos machistas" que se producen "en España, en Francia o en cualquier parte del mundo, no tiene como raíz fundamental el patriarcado, el machismo y un sistema de dominación de las mujeres" y, por tanto, es negar que "a las mujeres se las asesina, se las viola por el hecho de ser mujeres".
"Y lo mismo con la brecha retributiva, y lo mismo con la precariedad en el ámbito del trabajo de la inmensa mayoría de las mujeres, o sus enormes dificultades en muchos países de saltar de la esfera de lo reproductivo, lo oculto, los invisible, lo no sometido a las reglas del mercado, pero también de lo precarizado, de lo poco valorado socialmente, que es la realizad que viven muchas mujeres que están en sus casas haciendo un trabajo que es esencial para el sostenimiento de la sociedad y que no tienen ese reconocimiento, ni tienen garantizados sus derechos por realizar ese tipo de tarea", ha denunciado la responsable de Igualdad.