MANOS UNIDAS
MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
Manos Unidas se ha propuesto visibilizar la realidad de las mujeres en aquellos países en los que trabaja y en los que el modelo de mujer en el siglo XXI, no se corresponde con la del imaginario colectivo que la considera formada, educada en igualdad o con libertad de elegir su vida. Para ello ha lanzado una campaña bajo el lema 'Ni independiente, ni segura, ni con voz'.
Es precisamente la conclusión que puede extraerse del relato realizado este lunes 11 de febrero por parte de cinco mujeres de Colombia, El Salvador, México, Paraguay y Perú -países con elevados índices de violencia contra la mujer- durante la mesa redonda 'Mujeres contra la violencia en América Latina'.
La iniciativa se enmarca dentro de las actividades que la ONG, que este año celebra su 60 aniversario, está llevando a cabo con motivo de su campaña anual con el lema 'Creemos en la igualdad y la dignidad de las personas'.
"Cuando era pequeña caminaba a la escuela que quedaba a 10 kilómetros de mi casa. La falta de acceso a la educación contribuye a la pobreza", ha recordado en rueda de prensa la representante de Paraguay Mirta Lezcano, que trabaja para garantizar los derechos de las mujeres en situación de calle.
En el encuentro se han dado a conocer los testimonios del trabajo de Manos Unidas y sus socios locales a favor de los derechos de las mujeres en estos países.
De este modo, Lezcano ha explicado cómo acuden a su asociación niñas embarazadas tras haber sido víctimas de un abuso sexual. Además, ha indicado que en Paraguay muere una mujer a la semana por feminicidio.
"Las mujeres en situación de calle son ignoradas cuando acuden a los servicios de salud. Con Manos Unidas trabajamos con ellas por la alfabetización, al igual que con aquellas que trabajan en el vertedero para educarlas en otros oficios", añade.
Por el contrario en Colombia, sí que existen leyes que protegen a las mujeres de la violencia. En cambio, no se llevan a cabo, tal y como ha incidido Diana Marcela Torres, del Servicio Jesuita a Refugiados en Colombia.
"Si una mujer quiere poner una denuncia por violencia de género lo primero que le preguntan es si eso realmente pasó. Hay una gran brecha entre el contexto rural y el urbano. Como consecuencia del conflicto armado se producen muchos desplazamientos", apostilla.
Torres ha contado cómo tras estos desplazamientos, las mujeres que migran a las ciudades se encuentran con trabajos precarios lo que les obligan a vincularse al narcotráfico o microtráfico para tener recursos.
Lizette Hernández, de la Asociación civil Kalli Luz Marina, ha explicado que cada día son asesinadas nueve mujeres en México, concretamente 33 en lo que va de año en la región de Veracruz.
"Ser mujer, indígena y pobre recrudece la situación. Muchas viven en condiciones de exclusión, son analfabetas y sufren violencia por parte de sus parejas. Con manos unidas les ofrecemos acompañamiento y educamos también a los hombres para que ejerzan su masculinidad respetando a las mujeres", indica.
En Perú, Desiree Bozzeta de las Esclavas Adoratrices del Santísimo Sacramento, ayuda a las mujeres víctimas de explotación y trata. En lo que va de año, cinco mujeres han sido asesinadas por feminicidio en el país.
"Yo sufrí violencia pero ahora estoy empoderada y considero que se puede salir adelante. Cuando llegan mujeres a la asociación les ofrecemos asistencia integral", manifiesta.
Bozzeta ha recordado que el mayor problema en el país es la estigmatización que sufren las mujeres que ejercen la prostitución porque, según explica, parte de la sociedad considera que es una elección voluntaria.
"La mayoría son mujeres que migran del campo a la ciudad buscando oportunidades y son vulnerables a la trata. En la asociación recibimos a adolescentes sin acompañamiento que son explotadas y les ofrecemos acompañamiento y atención ambulatoria", comenta.
EDUCACIÓN, ARMA CONTRA LA POBREZA Y LA VIOLENCIA
Todas estas mujeres han coincidido en que una de las claves para terminar con la violencia es la educación. Además, aseguran que violencia y pobreza están íntimamente relacionadas. "Cuando hay mayor igualdad se produce un mayor desarrollo", explica Lizette.
En el encuentro también han estado presentes la representante de Movimiento Salvadoreño de Mujeres, Ana Ruth Orellana, y la responsable del departamento de estudios y documentación de Manos Unidas, María José Hernando.