MADRID, 29 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un total de 25 residencias españolas se han adherido desde 2010 al proyecto de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) 'Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer' que cumple su X aniversario y que tiene como objetivo conseguir la erradicación del uso de sujeciones físicas y farmacológicas en los centros residenciales.
Así, esta lista de 25 centros de toda España --que se puede consultar en la página 'http://ceoma.org/es/'--, han recibido la 'acreditación' de CEOMA para entrar en el 'Registro de Centros Libres de Sujeciones' ya que son centros en los que no se utiliza ningún tipo de sujeción física, que limite la libertad de movimientos de una persona, su actividad física o el normal acceso a cualquier parte de su cuerpo, con cualquier método externo aplicado sobre ella, o adyacente a ella, del que no puede liberarse con facilidad.
Entre los dispositivos de sujeción más habituales, según indica CEOMA, se encuentran los cinturones de cama, los cinturones pélvicos para sillas, los arneses de pecho o petos para sillas, las muñequeras, las sabanas "fantasmas", monos y manoplas.
Según la confederación, una de las características que adquieren los Centros Libres de Sujeciones es la confianza que ofrecen a sus usuarios, lo cual "mejora la percepción de seguridad legal de los profesionales, que son más capaces de tomar decisiones favorables para la persona mayor".
El proceso para lograr ser un centro libre de sujeciones es hacer un buen diagnóstico de partida y diseñar una estrategia a la medida, que será diferente para cada centro, según su realidad inicial. CEOMA asegura que solo los centros que se han posicionado en una "tolerancia cero" y que han recibido "un inequívoco apoyo de los líderes de la organización" han logrado convertirse en centros libres de sujeciones.
No obstante, apunta que el reto es lograr erradicar el uso de sujeciones de la práctica asistencial "con unas garantías obligadas". Por ello, el Programa evalúa la seguridad de centros libres de sujeciones y comprueba que son seguros para los residentes. De esta forma, el sistema de acreditación les permite comprobar esa realidad y hacerla pública.
"Cuando la sociedad tome conciencia de lo que son y de lo que
significan, superando los miedos atávicos que nos han hecho pensar que
con sujeciones las personas mayores están más seguras, se exigirá que los
centros trabajen por erradicarlas, y que solo las utilicen en situaciones
extremas de forma puntual y excepcional", concluye.