MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Miguel Lorente, delegado del Gobierno contra la Violencia de Género entre 2008 y 2011 con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, ha explicado a Europa Press que la violencia no se puede valorar por su presencia o su resultado --lesiones físicas o psíquicas, o la muerte--, sino por su "origen y motivaciones". Y es en eso, según ha indicado, en lo que se diferencia la violencia machista, de género o contra la mujer de la violencia familiar, intrafamiliar o doméstica.
Este experto, forense del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), aclara así los diferentes términos que se están utilizando en las últimas semanas por parte de los representantes políticos con motivo de los pactos municipales y autonómicos y las próximas elecciones generales del 23 de julio.
Así, la violencia machista es aquella que se ejerce bajo la referencia cultural del machismo, es decir, del concepto de la superioridad del hombre y bajo la idea de que "lo que es diferente es inferior" y "queda expuesto a la discriminación y a la opresión para limitar sus derechos".
Según este modelo, una mujer es "diferente e inferior", pero también lo es un extranjero, una persona homosexual, transexual o de un grupo étnico diferente.
Y dentro de esta violencia machista hay una violencia específica contra la mujer que, según ha indicado, se puede denominar tanto violencia de género, como violencia contra la mujer. En ella, el modelo de poder del hombre puede ir por dos vías: una, la de que la mujer es una posesión, algo que se puede controlar y dominar; y otra que es un objeto para su beneficio. En este último, ha explicado Lorente, el ejemplo paradigmático es la violencia sexual.
VIOLENCIA DE GÉNERO Y VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
La diferencia entre los conceptos de 'de género' y 'contra la mujer' viene, según ha explicado el exdelegado del Gobierno, de los años 90, antes de que se profundizara sobre el concepto y cuando este englobaba solo a las mujeres. Hoy en día, tal y como ha apuntado, hay "más pluralidad y otras construcciones de género" que, tal y como ha insistido, tampoco son aceptadas por el machismo.
Aún así, debido a la Ley contra la violencia de género, aprobada en 2004, se recurre al término violencia de género solo cuando la violencia contra la mujer la ejerce una pareja o expareja de la víctima --tal y como recoge la norma--, mientras que violencia contra la mujer se extiende a casos en que víctima y agresor no se conocen o no mantenían una relación sentimental, como violaciones, acoso, trata con fines de explotación sexual o mutilación genital, entre otras.
Pero, tal y como ha apuntado Lorente, las motivaciones de ambas son las mismas, así que se pueden usar ambos términos indistintamente.
Sobre la posibilidad de cambiar el término 'de género' ante las discrepancias que existen en el feminismo sobre este concepto, Lorente es partidario de mantenerlo añadiendo "contra la mujer".
LA VIOLENCIA FAMILIAR NO BUSCA LA DOMINACIÓN
Expuestos así los conceptos de violencia machista, de género o contra la mujer, para el exdelegado del Gobierno queda claro que la violencia familiar, intrafamiliar o doméstica no tiene el mismo objeto que las anteriores. "En este caso, el objeto de la misma no es la dominación, sino la resolución de un conflicto ocasionado por la convivencia o problemas derivados de una relación familiar y cercana, como puede ser una herencia", ha apuntado.
"Ha estado definido siempre así por el derecho", ha explicado el experto, antes de señalar que víctima y agresor en estos casos pueden ser, desde unos hermanos, hasta un abuelo y un nieto, o dos estudiantes que conviven.
De este modo, Lorente rechaza las diferenciaciones que realiza Vox sobre la violencia. Tanto cuando dice que la violencia de género no existe, pero sí habla de la violencia contra la mujer, como cuando incluye la violencia de género en la violencia familiar. A su juicio, el objetivo de la formación es "quitarle significado a la violencia" para "no reconocer que el machismo" es el origen de la misma.
Según ha explicado, Vox solo alega "razones físicas de que los hombres tienen más fuerza" para defender que haya mujeres asesinadas por hombres. De este modo, según ha apuntado, "quitándole significado" también eliminan la necesidad de políticas de "prevención, detección y abordaje" de la misma.
LAS PALABRAS DE FEIJÓO SON "MINIMIZACIÓN DE LA VIOLENCIA"
Otro ejemplo de esta "minimización" de la violencia de género es, según ha destacado Lorente, las declaraciones del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, asegurando que el número uno de Vox a la Comunidad Valenciana, Carlos Flores, condenado por violencia de género, ha tenido "un divorcio duro". Para Lorente, está dando a entender que "hay razones para ejercer violencia" y está "legitimando" su uso. "Si el divorcio es duro, también lo es para ella y podría haber ejercido violencia contra él", ha apuntado, antes de insistir que estos argumentos permiten "al hombre tener una excusa".
Lorente ha indicado, en este sentido, que el machismo y la violencia contra las mujeres no solo recurre a los actos físicos, sino que "usa todo". "La educación, la economía, la cultura, la información", ha enumerado.
LOS AMIGOS "INCÓMODOS" DE SÁNCHEZ
Y en referencia al machismo y el lugar que ocupa en la cultura de la sociedad, Lorente se ha referido también a las declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando explicó en tenía amigos que se habían sentido "incómodos" con discursos de la ministra de Igualdad, Irene Montero, y ha recordado que cuando los hombres "se sienten atacados es porque no entienden cuál es significado del feminismo".
Lorente ha señalado los datos de un estudio del Centro Reina Sofía que indica que un 24% de los jóvenes piensa que "el feminismo va en contra de los hombres" y ha indicado que "el sector conservador" que entiende el feminismo como un ataque "habla de guerra cultural" y llama a "retomar el modelo androcéntrico" bajo el argumento de "lo común, lo histórico o la tradición".
En este sentido, ha recordado que los hombres "solo pueden obtener beneficios de las políticas feministas" porque llevan hacia "una sociedad más igualitaria". "No va de atacar a los hombres, sino de cambiar la cultura androcéntrica", ha subrayado.
Aún así, ha señalado que las transformaciones legislativas feministas deben ir acompañadas de un proceso de transformación social para ser eficaces. A su juicio, una cuestión "puntual y técnica" es fácil de conseguir, pero para lograr una norma que implique cambios es necesario "concienciar" y que la sociedad esté preparada para ello. "No por intentar correr mucho se consiguen los efectos deseados", ha concluido.
Precisamente, la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha respondido este martes tanto a Feijóo como a las críticas hacia sus políticas: "Llamar "divorcio duro" a la violencia machista es banalizar y normalizar la violencia contra las mujeres --ha escrito en su cuenta de Twitter--.
No, las feministas no hemos ido demasiado rápido: nuestros derechos son urgentes. Y defenderlos requiere dejar claro que la responsabilidad del machismo es de los machistas".