MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las vidas de 30 millones de niños están en riesgo de sufrir otras enfermedades e inseguridad alimentaria a causa de la pandemia del nuevo coronavirus, según un reciente estudio de World Vision publicado este miércoles 8 de abril. Según el informe, los sistemas de salud saturados y la extrema pobreza que sufrirá parte de la población agravarán este panorama.
"Mitigar los efectos secundarios del COVID-19 y garantizar que los servicios básicos de salud y nutrición infantil sigan en marcha es necesario para evitar la muerte de millones de niños y niñas por enfermedad y desnutrición", afirma Javier Ruiz, director de World Vision España.
El informe, denominado 'Réplicas', ha analizado los "devastadores" impactos secundarios sobre la infancia que causó el masivo contagio del ébola, entre el 2014 y 2016, para generar a partir de ahí un modelo que proyecta qué sucedería en la crisis sanitaria actual. El informe se enfoca en las consecuencias previstas en las 24 naciones más frágiles del mundo, incluidas en la respuesta humanitaria de Naciones Unidas ante el COVID-19.
Así, el informe estima que las vidas de unos 26 millones de niños estarán en peligro ante la ausencia de vacunas para enfermedades letales y otros 5 millones podrían sufrir desnutrición, que el deterioro de las condiciones actuales podría incrementar en un 40% los niveles presentes de malnutrición, y que más de 100.000 niños podrían morir de malaria y los niveles actuales de esta enfermedad podrían aumentar en un 50%.
"Estamos equivocados si creemos que esta no es una enfermedad que afecta a la infancia. La experiencia nos dice, que, cuando una epidemia satura los sistemas de salud, el impacto sobre los niños y niñas es letal --indica Andrew Morley, presidente y CEO de World Vision Internacional--. La infancia es el segmento más vulnerable de la población ante la desatención inducida de otras enfermedades o de la desnutrición".
Durante la epidemia del ébola en 2015, World Vision analizó varios impactos, incluyendo el acceso limitado a cuidados médicos, deterioro de los esquemas de inmunización y un incremento de la desnutrición. El informe demuestra que la combinación de debilidades preexistentes en los sistemas de salud, altas demandas de atención de la población y la propia pandemia, pueden conllevar a "niveles catastróficos de mortalidad para los niños y niñas".
"El coronavirus está teniendo un impacto devastador sobre la población en todo el planeta, pero puede ser catastrófico para familias que viven en condiciones de pobreza y para aquellas desplazadas por conflictos. Los niños y niñas que viven en esos lugares pagarán el precio más alto en esta crisis", comenta Isabel Gómez, directora global de Operaciones Humanitarias de World Vision.