MADRID 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
El 36,5% de los jóvenes en España comparten contenido sexual con sus parejas o ligues y uno de cada cinco lo sube a sus redes sociales o plataformas online para recibir comentarios positivos (20,5%) o para conseguir beneficios económicas (20,2%), según el estudio 'Juventud y sexo en la era digital. Sexting y pornografía', realizado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud entre marzo y junio de 2024.
La investigación, de carácter cualitativo, incluyó seis entrevistas a expertos, una comunidad digital con 17 participantes y dos grupos de discusión a jóvenes de entre 15 y 29 años. Así, según el análisis, el grupo de menor edad (de 15 a 19 años) tiende a asociar el sexo digital con formas de violencia sexual digital, mientras que el de mayor edad (de 20 a 30 años) lo ve como una práctica sexual más, reflejando cómo la experiencia y la madurez digital influye en su percepción.
Entre los principales motivos para practicar sexting aparecen en primer lugar los contextos en los que el contacto físico está restringido (como las relaciones a distancia) y en segundo lugar sentirse sexy y atractivo/a y la búsqueda de placer sexual.
En cuanto al género, el estudio revela que las mujeres tienden a ser más conscientes de cuándo una imagen está siendo sexualizada, ya sea por decisión propia o ajena. Además, expone que estas reflexionan con mayor profundidad sobre quién es responsable de esa sexualización. Por el contrario, los hombres muestran más debate y dudas sobre qué se puede considerar sexualización o cosificación.
"El consentimiento se revela como la piedra angular en el concepto del sexo digital, que puede ser concebido como una expresión sexual saludable si es consensuado, o como una experiencia negativa, e incluso violenta, en ausencia de este", apunta.
Igualmente, indica que a casi la mitad de jóvenes (48,7%) les han enviado fotos de carácter erótico o sexual sin consentimiento, y uno de cada cinco reconoce compartir imágenes o vídeos eróticos de otras personas sin su consentimiento.
La directora general de Fad Juventud, Beatriz Martín, reflexiona que "hay una gran laguna en la educación sexual juvenil". "La mitad de jóvenes no reciben formación ni en casa ni en su centro educativo. Esta carencia debe abordarse con una educación sexoafectiva integral, diversa y con perspectiva de género", asegura.
En este sentido, Fad señala que la juventud es "cada vez más consciente" de las implicaciones a medio y largo plazo que tiene su actividad digital. "El miedo a dejar una huella digital permanente es un factor importante en la forma en que gestionan sus prácticas sexuales mediadas por la tecnología", subraya.
También destaca que la percepción general es que "nada puede borrarse de internet", lo que advierte de que genera "una gran angustia entre quienes practican sexting -y especialmente entre las mujeres-, al considerar que su contenido podría quedarse en la red de forma indefinida y ser accesible a cualquiera". "Este malestar se intensifica especialmente al pensar que sus contenidos eróticos podrían llegar a su entorno cercano", añade.
Asimismo, expone que, a medida que se incrementa la edad se "normaliza" la práctica del sexting. "Teniendo esto en cuenta, no es de extrañar que buena parte de las prácticas de sexting se definen como experiencias positivas tanto para la persona que emite los contenidos como para la persona que los recibe", indica.
LA PORNOGRAFÍA, UNA "ESCUELA DE SEXUALIDAD"
En cuanto a la pornografía, Fad explica que la facilidad para acceder y producir contenido pornográfico ha hecho que su consumo sea cotidiano entre la juventud. "La pornografía, para muchos, se ha convertido en una "escuela de sexualidad", contribuyendo a la construcción de ideas poco realistas sobre el sexo", afirma.
Además, alerta de que, en redes sociales, la tendencia a compartir contenido sexualizado puede derivar en una escalada que deriva en la migración a plataformas como OnlyFans, donde el contenido erótico se monetiza.
En este sentido, explica que "las mujeres sienten más presión para sexualizar sus contenidos y observan que, mientras el cuerpo masculino se asocia al éxito social, el femenino se sexualiza". En cualquier caso, Fad indica que, tanto ellas como ellos deciden "conscientemente" qué compartir, evaluando los riesgos y beneficios de hacerlo más o menos explícito.
En todo caso, señala que muchos reconocen y son conscientes de que "la pornografía no refleja la realidad de las relaciones sexuales y que puede distorsionar su visión de la sexualidad".
Finalmente, Fad considera "crucial" integrar una "educación sexoafectiva integral, diversa, igualitaria y con perspectiva de género, ofreciendo una visión realista e inclusiva de la sexualidad", que les permita a los jóvenes gestionar sus relaciones de manera "segura y respetuosa".