ENTRECULTURAS
MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
Entreculturas recuerda, con motivo del Día Internacional de los Derechos de la Infancia, que se celebra el próximo domingo 20 de noviembre, que hay 160 millones de niños y niñas que viven en áreas de sequías severas o muy severas y 530 millones de niños y niñas que viven en zonas de alto riesgo de inundaciones, según recoge el informe 'La Tierra es Nuestra Mejor Escuela'. "El derecho a la educación se ve cuestionado --denuncia la ONG--. El deterioro medioambiental y los fenómenos meteorológicos adversos obstaculizan o impiden el derecho a la educación, sobre todo de los colectivos más vulnerables".
Según la UNESCO, más de 75 millones de niñas, niños y jóvenes en todo el planeta han visto cómo su educación ha quedado interrumpida o destruida por situaciones de emergencia y crisis prolongadas, muchas de las cuales se han visto agravadas por problemas climáticos. Se calcula que en los próximos 50 años, entre 250 y 1.000 millones de personas se verán obligadas a abandonar sus hogares.
"La educación es fundamental para un planeta sano, y un planeta sano es fundamental para que se cumpla el derecho a la educación", afirma la ONG jesuita. Desde la institución defienden la educación como herramienta para la prevención, la adaptación y la mitigación en casos de desastres ya que "capacita a las personas para gestionar mejor los recursos de la Tierra".
Asimismo, con motivo de la celebración esta semana de la 22ª Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22) en Marrakech, Entreculturas recuerda que el papel de la educación en la respuesta al cambio climático se recoge claramente en la Agenda 2030 y que "la COP22 brinda la oportunidad de asegurarnos que la educación para el cambio climático se pone en práctica".
Por ello, la ONG espera que España se comprometa a tres puntos en Marruecos. En primer lugar, en ratificar el Acuerdo alcanzado tras la Cumbre del Clima de París. En segundo lugar, a comprometerse has aumentar a 540 millones de dólares su contribución al Fondo Verde del Clima y al 27% el porcentaje de consumo energético proveniente de fuentes de energía renovables. Y, por último, en "asumir un papel activo" en la implementación de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 tanto en la política nacional como en la exterior, "garantizando la coherencia" entre las políticas que se deben poner en marcha tanto en materia medioambiental como educativa o de cooperación internacional.
MADAGASCAR: EL DESIERTO ACABA CON LA EDUCACIÓN
En Madagascar solo tres de cada diez niños logran terminar la educación primaria. Y ahí, en la aldea de Soadingana, trabaja Entreculturas-Fe y Alegría Madagascar, para que los niños y niñas puedan estudiar en la casa de Dada, quién ha la ha puesto a disposición de la ONG para que puedan impartir clases.
Menja vive en Soadingana y tiene 5 hijos aquienes envía a la escuela porque quiere que aprendan y que lleguen a ser profesores o médicos. "Yo no sé leer ni escribir y me gustaría que ellos aprendieran y enseñaran a otros", afirma. Su sueño es que la escuela crezca, para que los niños y las niñas puedan seguir aprendiendo, cantando, bailando y jugando.
(Foto Entreculturas: Menja con uno de sus hijos).
Desgraciadamente, tal y como denuncia Entreculturas, este sueño es difícil de cumplir ya que los menores viven expuestos a los riesgos del cambio climático. "La aldea está aislada y en un entorno que se está degradando debido a la sequía provocada por El Niño y que se calcula que para 2017 dejará a más de 1,4 millones de personas en riesgo de inseguridad alimentaria en Madagascar", explica.
Actualmente la escuela acoge a 60 niños y niñas, pero son meses difíciles porque las reservas de la cosecha anterior se han agotado y algunos no van a la escuela porque están cansados o enfermos. "Parece que el desierto avanza y se impone, puede incluso que en algunos años, esta zona sea inhabitable y los locales tengan que desplazarse a otras zonas convirtiéndose en desplazados climáticos", concluye.