Dos personas entre escombros en Sedaví, a 5 de noviembre de 2024, en Valencia, Comunidad Valenciana (España). - Rober Solsona - Europa Press
MADRID 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
Save the Children ha recomendado generar rutinas y crear espacios seguros para los niños ante situaciones de crisis o catástrofes naturales. Así se desprende de la 'Guía de Acompañamiento Emocional a niños, niñas y adolescentes' que ha presentado la ONG como consecuencia de la DANA que ha afectado mayoritariamente a la Comunidad Valenciana.
En concreto, el documento --al que ha tenido acceso Europa Press-- aporta pautas para el acompañamiento por parte de los padres, madres y cuidadores u otras figuras familiares ante el impacto de los niños y adolescentes por una situación de crisis o catástrofes naturales.
Así, recomienda mantener horarios regulares para las comidas, el sueño y el juego devolviendo una estabilidad diaria, que "les hará sentir más seguros y estables"; crear un espacio en el hogar donde el niño pueda sentirse protegido y cómodo; usar frases como 'estoy aquí contigo' o 'si necesitas hablar puedes contar conmigo' para "ofrecer seguridad"; dar afecto y compartir tiempo de calidad para que se sientan "arropados".
La ONG también apuesta por utilizar un lenguaje "amigable y adaptado" a cada etapa evolutiva. "Usa un lenguaje simple y claro. Explica lo que está sucediendo de manera adecuada para su edad, evitando detalles que puedan asustarlos o palabras que no pueda entender", recalca.
También recomienda animar al menor a expresar lo que siente, "ya sea miedo, tristeza o confusión"; hacerle saber que sus sentimientos son normales evitando frases como 'no pasa nada' si sienten miedo; utilizar el juego y el dibujo como herramientas para que expresen sus emociones; y fomentar actividades que impliquen creatividad.
Por otro lado, la ONG destaca la importancia de proteger a los más pequeños de la exposición. Para ello, propone mantener a los niños alejados de noticias o conversaciones que puedan ser confusas; ayudarles a aterrizar la cantidad de información que pueda estar recibiendo; explicarle la información de forma adecuada; y responder sus preguntas "con sencillez y honestidad", y no afirmar si no se está seguro de algo.
También recomienda a los padres cuidar de su propia salud mental. "Los niños y niñas son muy perceptivos. Si sientes ansiedad, intenta manejarla antes de interactuar con ellos y con ellas", asegura.
En este sentido, Save the Children dice que es "algo normal" que niños y adolescentes experimenten un estrés traumático común después del evento catastrófico. En todo caso, apunta que si estos síntomas comunes se prolongan entre más de cuatro u ocho semanas se debe acudir a un profesional especializado que pueda garantizar un apoyo terapéutico.
Asimismo, la ONG indica que a la hora de hablar con los niños "es importante darles el espacio que necesitan, escuchar la información que ellos y ellas conocen y saber cómo se sienten". "No obligarlos a hablar es fundamental; tienen que saber que pueden hablar cuando quieran", subraya.
AVISA DE POSIBLES PROBLEMAS PARA DORMIR EN BEBÉS
Por otro lado, enumera conductas comportamentales y emocionales que pueden observarse en los niños al pasar por una situación difícil. En el caso de los bebés, de 0 a 2 años, la ONG avisa de que pueden darse problemas para dormir o despertarse llorando o gritando, posibles problemas con la alimentación, jugar de forma más brusca o violenta, o volverse más exigentes o intransigentes con sus peticiones, entre otras.
Respecto a la etapa de entre 3 y 5 años, advierte de que en estas edades pueden desarrollar miedos al abandono y hacerse preguntas sobre quién los cuidará, por lo que "es importante responder con claridad y evitar promesas que no se puedan cumplir". También asegura que pueden mostrar un retroceso en sus aprendizajes dejando de hacer cosas que ya sabían hacer y que habían aprendido. "Es fundamental permitirles expresar sus sentimientos a través de juegos y muñecos, apoyándolos en su proceso de adaptación", recalca.
En la edad de 6 a 12 años, advierte de que los niños comprenden que la pérdida y la muerte son permanentes, "lo que puede generarles miedo a que lo ocurrido se repita y preocupación por sus seres queridos". Además, añade que sus emociones pueden manifestarse de diversas maneras y que es común que sientan culpa, enfado y preocupaciones frecuentes e incluso también pueden mostrar comportamientos más infantiles.
Finalmente, sobre los adolescentes, la ONG alerta de que las respuestas comunes a la pérdida, ya sea material o personal, incluyen "la evitación y la negación", lo que "puede resultar en reacciones emocionales que van desde la intensidad extrema hasta el rechazo total y la falta de comunicación". Además, dice que pueden experimentar emociones como miedo, culpa y enfado, y algunas veces insensibilidad ante la situación. "Al igual que en etapas anteriores, también pueden presentar preocupaciones, rumiaciones o conductas regresivas", concluye.