MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Aprender ha pedido que se reconozca socialmente el sufrimiento de jóvenes y adolescentes a consecuencia de la pandemia. Para la psicóloga del Centro de Evaluación e Intervención Educativa Corat de Fundación Aprender, Cristina Amérigo, los jóvenes y adolescentes necesitan ser comprendidos y recibir la
atención que merecen.
"La adolescencia en sí es ya es un momento bastante difícil en la vida de una persona por todos los cambios físicos, emocionales, sociales... que conlleva, en muchos casos, ansiedad. Si a este momento le añadimos una crisis sanitaria que les impide relacionarse de manera presencial y lo que se hace es obligarles a permanecer mucho más tiempo en el medio familiar, esto va a aumentar los síntomas de ansiedad y depresión en un momento vital en el que lo que hay es necesidad de salida del medio familiar para identificarse con lo extrafamiliar".
A estas consecuencias emocionales y sociales se suman las académicas, más significativas aún en el caso de alumnos con dificultades específicas de aprendizaje. "Todo este escenario ha dado lugar a una reinvención de las formas y los métodos con enseñanza
online a la que centros educativos y alumnado han tenido que adaptarse a marchas forzadas. Esta adaptación ha supuesto un sobreesfuerzo inmenso de los chicos y las familias por seguir el ritmo y sacar el curso adelante", ha indicado la psicóloga.
Esta dedicación que, como comenta Cristina Amérigo, también ha implicado a madres y a padres con una gran cantidad de trabajo y atención doméstica requeridas por la enseñanza virtual, ha hecho que el fracaso escolar no se haya visto recrudecido por la COVID-19.
Las psicóloga ha incidido, no obstante, en que las cifras de fracaso escolar entre jóvenes y adolescentes son significativas y
ya lo eran también antes de la pandemia. "Se trata de un momento crítico en el que tienen que asumir que son sujetos construidos y
que tienen que dar respuesta a quiénes quieren ser. El fracaso escolar, en ocasiones, es debido a que no han encontrado esa respuesta ni han podido resolver todo esto", ha aclarado Cristina Amérigo.
Para esta profesional la solución pasa por que reciban la completa atención que merecen para que recuperen la confianza en sus posibilidades y, con ella, la ilusión y la motivación por seguir creciendo personal y académicamente. "Es necesario que descubran que son capaces y que conozcan cuáles son sus puntos fuertes y no sólo los débiles, que sean conscientes de sus potencialidades. Además, que vean que los demás confían en ellos, va a contribuir, sin duda, a ese cambio de actitud".
Es lo que hacen desde Centro de Evaluación e Intervención Educativa Corat de Fundación Aprender. "Trabajamos de manera interdisciplinar. Cubrimos toda la parte académica y atendemos también toda la parte emocional tratando esos temas personales, familiares... que pueden estar interfiriendo en ese aprendizaje", ha concluido la psicóloga.