MADRID, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un total de 175 millones de niños no van al colegio pese a que viven en países ricos en recursos naturales, pero asolados por guerras por el control de la riqueza o catástrofes naturales derivadas de la extracción de recursos. Así lo pone de manifiesto el informe 'Educación en tierra de conflicto' presentado por Entreculturas.
La ONG ha lanzado su tradicional campaña de la 'Silla roja' para concienciar a la población sobre la vulneración del derecho a la educación, que en todo el mundo afecta a 264 millones de niños. Este año, la campaña lleva por lema 'Escuelas en peligro de extinción'.
"Año tras año millones de niños y niñas se quedan sin acceso a la educación. En nuestro trabajo del día a día somos testigos de cómo la degradación medioambiental y la gestión de los recursos naturales está teniendo un impacto sobre el derecho a la educación", ha explicado el responsable de comunicación de la organización, Daniel Villanueva, durante la presentación del informe, respecto a dos tercios de esos menores afectados por guerras y desastres ambientales.
El documento centra su atención en varias regiones del planeta como República Democrática del Congo o la Amazonía peruana en las que los conflictos derivados del control de los recursos naturales (tanto minerales como madereros, pastos, agua o tierra de cultivo) han provocado situaciones de guerra o han forzado a la población local a desplazarse en busca de seguridad y medios para subsistir, al verse privados de sus medios de vida y de su entorno o sus fuentes de recursos como el agua, destruidas o contaminadas.
En la República Democrática del Congo, donde la organización trabaja con proyectos de empoderamiento económico de las mujeres y familias y de promoción de la educación, la región que rodea el lago Kivu (en el Este del país) vive "una de las peores crisis del continente" y de la actualidad, con más de 70 grupos armados en guerra por el control del terreno, según una de las cooperantes de Entreculturas, Elisa Orbañanos.
LA "MALDICIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES"
"Yo creo que no hay ningún otro país en el que la maldición de los recursos naturales sea más evidente --ha explicado Orbañanos--. Es una zona rica en oro, coltán, zinc, plata e incluso gas. El objetivo de todas esas milicias no es otro que desetabilizar la región para que la extracción de recursos pueda estar menos controlada y que sea más fácil tanto la extracción como el tráfico".
El impacto para las familias que viven en la región, según ha detallado, es "devastador" e implica que en muchos casos significa condenarlas a trabajar en la minería y explotación de recursos, con "altas tasas de explotación infantil" o a huir como refugiados internos, lo que provoca a su vez nuevos conflictos y escasez en las zonas receptoras de refugiados.
"Es el país con más población desplazada del mundo, con 3,8 millones de desplazados internos. En julio del año pasado eran 1,7, se ha casi doblado en un año", ha señalado la cooperante española, que detalla que más de la mitad de las refugiadas son mujeres, que son además las responsables de llevar a sus familias adelante, pese a ser quienes menor nivel educativo tienen.
En este sentido, la responsable de Estudios de la ONG, Valeria Méndez de Vigo, ha destacado la relación entre las guerras, la extracción de recursos naturales y el impacto que tienen sobre la educación: "Diez de los países con recursos educativos más bajos son ricos en recursos naturales y todos ellos han estado o están en conflictos. Además, de los 40 conflictos entre 1999 y 2013 que han conllevado ataques a la educación, como la destrucción de escuelas o el asesinato de profesores y estudiantes, más de la mitad estaban vinculados directa o indirectamente con los recursos naturales".
Además, ha puesto de relieve el hecho de que de los más de 65 millones de refugiados que hay en la actualidad, el 51% son niños y jóvenes menores de 18 años. "El 50% de los que debería estar en primaria no está y de los que deberían estar en secundaria no va el 75%. Solo el 1% de los refugiados tiene acceso a la universidad", ha detallado.
"INVERTIR EN EDUCACIÓN ES INVERTIR EN VIDA"
Frente a esto, la organización trabaja en poblaciones como Masasi (Congo), colaborando con el Gobierno para impulsar la educación pública mediante la construcción y rehabilitación de infraestructuras educativas, la formación de profesorado y financiación de salarios de los docentes y, paralelamente, proporcionando educación y preparación profesional a las mujeres y cabezas de familia para que generen los recursos suficientes para que sus hijos no tengan que trabajar, ellas no se vean forzadas a prostituirse y puedan sufragar los gastos de escolarización.
"La respuesta que les damos es ofrecerles capacitaciones en medios de vida que les permitan aprender oficios, acceso a la educación, aprender a hacer un 'business plan' y salir de esa situación", ha explicado Hombeline Bahati, una enfermera congoleña que coordina las actividades de formación profesional en la zona, e colaboración con las obras de la Compañía de Jesús entre las cuales figura Entreculturas.
La propia Bahati cuenta que cuando, siendo ella niña, su familia tuvo que huir de su hogar, ella vio truncadas sus posibilidades de estudiar hasta que, gracias a una escuela de los Maristas en el campo de refugiados, pudo terminar la secundaria y trabajar durante 10 años para costearse los estudios universitarios que le han permitido encontrar trabajo.
"Invertir en educación es invertir en la vida", ha insistido durante la presentación del estudio en Madrid, en la que ha relatado que la inversión en formación, especialmente entre las mujeres, a quienes tradicionalmente les corresponde ejercer como "cabeza de familia" pese a que muy pocas veces han recibido educación en las escuelas. Según ha explicado, culturalmente se prioriza la educación de los niños sobre las niñas porque las familias tienen pocos recursos y sus padres "no invierten en ellas porque no van a aportar ningún tipo de valor para su propia familia" una vez se casen y se vayan a otra familia.
Debido a esto, cuando las mujeres deben llevar adelante a sus familias en situaciones de inseguridad, guerra o en campos de refugiados y familias de acogida, se ven expuestas a menudo a la violencia sexual, la explotación y recurren a la prostitución porque "no han tenido acceso a la educación y no tienen conciencia del valor de su cuerpo". Por ello, incide en que "cuando empoderas a una mujer empoderas a toda la familia".
"Vienen y te agradecen que, gracias a esta formación, sus hijos ya no se van a la cama sin haber comido y ya no tienen que recurrir a la prostitución porque tienen medios de vida. También es una gran alegría porque antes tenían que desplazarse para buscar agua y se exponían a la violencia sexual y ahora tienen un trabajo generador de ingresos y ya no tienen que exponerse a ese peligro".
EDUCACIÓN PARA UNA "CIUDADANÍA GLOBAL"
Según reconocen desde la ONG, "no hay soluciones mágicas a un panorama tan devastador". Sin embargo, se muestran convencidos de que, además de contribuir a mejorar la situación de las personas desplazadas y ofrecer una vía de futuro a los menores que se han visto privados de acceso a las escuelas, la inversión en educación en todo el mundo "es absolutamente fundamental para combatir la pobreza, la desigualdad y para el cambio social".
"Sabemos que sin una educación de calidad, equitativa, inclusiva, transformadora, con enfoque ambiental no podrán construirse nunca personas y sociedades inclusivas, pacíficas y sostenibles", ha subrayado Méndez de Vigo.
De hecho, la campaña puesta en marcha por Entreculturas incluye también un proyecto educativo en España que incluye materiales pedagógicos para impulsar desde los colegios del país una educación en la sensibilidad "ecosocial" y promover el voluntariado y el activismo.