Publicado 24/11/2022 17:30

España detectó a 90 víctimas de violencia machista entre las refugiadas acogidas entre entre enero y junio de 2022

Presentacion de los resultados del protocolo contra la violencia de género en el sistema de acogida
Presentacion de los resultados del protocolo contra la violencia de género en el sistema de acogida - MISSM


MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio de Inclusión, a través de un protocolo creado en colaboración con ACNUR, ha detectado hasta 90 casos de mujeres víctimas de violencia de género entre las 52.000 usuarios que han pasado entre enero y junio por el sistema de acogida español.

Tal y como ha explicado en rueda de prensa el departamento que dirige José Luis Escrivá, se han recopilado en esos seis meses los datos de 17 de los 24 centros que participan en esta iniciativa y que tienen dispositivos de primera acogida o de emergencia para personas migrantes o solicitantes de protección.

Sobre el perfil de estas víctimas de violencia, el Ministerio ha destacado que en su mayoría (un 70%) tienen entre 18 y 24 años, que las nacionalidades más destacadas son Ucrania y Colombia y que el 60% de estas 90 mujeres son solicitantes de protección internacional, frente a un 11% que ya son beneficiarias de la misma y otro 11% que tienen concedido el estatuto de protección temporal.

En cuanto a los hechos, las estadísticas determinan que la mayoría de la violencia sufrida por estas mujeres combina la física y psicológica. Además, se señala que en el 70% de los casos el presunto agresor es la pareja de la mujer, mientras que en el 30% restante de los casos sería la expareja. Del mismo modo, han explicado que la mitad de los presuntos agresores convivían con la víctima dentro del propio sistema de acogida, mientras que la otra mitad no estaba dentro del sistema.

Desde Inclusión también han puesto el foco en que el 80% de los 90 casos detectados tenían, al menos, un hijo menor de edad. En este sentido, también han denunciado un caso de violencia de género detectado contra una menor.

UN TESTIMONIO REAL

Entre esos casos detectado se encuentra un mujer de 46 años, venezolana, que ha compartido su testimonio. Su llegada a España fue a través de Perú y aterrizó en Las Palmas por consejo de una expareja suya que ya vivía en la isla canaria y que le animó a abandonar su país en busca de una vida mejor.

Al llegar a Canarias este hombre intentó mantener de nuevo una relación con ella, cosa que la mujer no quería, y le intentó obligar a trabajar en uno de sus negocios sin cobrar por ello. Al negarse, el hombre decidió echar de su casa a la mujer dejándola sin nada en un país en el que llevaba apenas dos semanas.

Fue gracias a la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) por la que esta mujer pudo ser reconocida como víctima de violencia de género y recibió ayuda habitacional y psicológica desde el primer momento, según ha relatado ella misma. Al narrar su testimonio a los profesionales técnicos del centro de Las Palmas, según ha apuntado, fue incluida en el programa de acogida de emergencia.

LAS DESPLAZADAS TIENEN MAYOR RIESGO

La secretaria de Estado de Migraciones, Isabel Castro, ha destacado el compromiso de su departamento con la lucha contra la violencia de género y ha recordado el "mayor riesgo" de vulnerabilidad con el que las mujeres desplazadas, refugiadas o con necesidad de protección internacional, tienen de sufrir diferentes tipos de violencias machistas.

Dentro de ese compromiso que existe para luchar contra esta lacra, Castro ha recordado que el sistema de acogida del país tiene más de 100 plazas del mismo reservadas para mujeres víctimas, tanto de violencia de género, como de trata.

Mientras, Sophie Muller, la representante de ACNUR en España, ha puesto en valor las herramientas desarrolladas junto al Ministerio para crear el protocolo que permite esta detección de las víctimas. En este sentido, ha llamado a seguir desarrollando esta iniciativa que, tal y como ha comentado, aún está en los inicios, y a mejorar en la recogida de datos en esta materia. Una cuestión que, a su juicio, es importante de cara a conocer la "realidad" que viven las refugiadas y desplazadas y "actuar según esas realidades".

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