Publicado 24/03/2025 10:26

Un estudio constata "un repunte de la percepción de la inmigración como problema político de máxima prioridad"

Evolución de la población activa con nacionalidad doble o extranjera (miles).
Evolución de la población activa con nacionalidad doble o extranjera (miles). - EPA

MADRID 24 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un estudio publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha constatado "un repunte de la percepción de la inmigración como problema político de máxima prioridad".

El trabajo 'La realidad migratoria española y su gestión: hechos y percepciones' ha sido realizado por la profesora de la Facultad de Ciencias Políticas de Sociología de la Universidad Complutense (UCM) Claudia Finotelli (UCM) y por el Sebastian Rinken del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC).

La investigación analiza la evolución de la realidad migratoria, su gestión y las percepciones por parte de la población y, según sus conclusiones, existe una valoración positiva de la población española sobre la aportación de mano de obra inmigrante al mercado laboral, aunque también una "proporción elevada" de españoles con una opinión desfavorable sobre las políticas migratorias que consideran "demasiado tolerantes".

Los autores concluyen que no existe una opinión social homogénea sobre la inmigración, sino una "gran variedad" sobre distintos aspectos del fenómeno. En ocasiones, según añaden, la proporción de posturas "desfavorables o hasta muy desfavorables" es elevada como es el caso, por ejemplo, de la valoración de las políticas migratorias. En este sentido, una mayoría considera que las leyes que regulan la entrada y permanencia de extranjeros en España son "más bien" o "demasiado" tolerantes y creen que la política fiscal "es desfavorable para los intereses de los nativos". Asimismo, siempre según la investigación, existe la percepción compartida por aproximadamente la mitad de los entrevistados de que "los inmigrantes reciben un trato privilegiado por parte del Gobierno, en perjuicio de los nacidos en España".

Sin embargo, la aportación de mano de obra inmigrante al mercado laboral es valorada positivamente, según el trabajo, por una "holgada mayoría" y que también es partidaria de que sigan admitiéndose inmigrantes de países pobres, siempre que no sea en cantidades exageradas. Además, la manifestación de antipatía hacia la población inmigrante es minoritaria, aunque "con matices importantes" dependiendo de su origen.

El trabajo comienza trazando el perfil demográfico de la población inmigrante en España y su evolución, según el cual el país se ha convertido en uno de los principales destinos migratorios europeos, por detrás tan sólo de Alemania, con un porcentaje de población nacida en el extranjero del 18,2%, similar al de países con una tradición migratoria más antigua como Alemania, Países Bajos o Suecia. La inmigración, además, explica casi totalmente el aumento de la población española de las últimas décadas. En cuanto al origen de estos flujos, destaca el peso de América Latina, una región tradicionalmente favorecida por las políticas de visado europeas y por una normativa española que da a los ciudadanos de estos países un acceso preferencial a la nacionalidad.

CRECIENTE PESO EN EL EMPLEO

Los autores destacan también el creciente peso de la inmigración en el empleo. De los 5,2 millones de personas que se han incorporado al mercado laboral español entre 2002 y 2024, un 75% tienen nacionalidad doble o extranjera. Se trata de una mano de obra relativamente joven que sigue empleándose principalmente en trabajos no cualificados y en servicios. Asimismo, se señala el aumento de la presencia femenina y su concentración en las franjas en edad de trabajar.

En el trabajo se analiza también la gestión política de la inmigración, destacando, en particular "el enfoque pragmático que ha prevalecido cada vez más con el fin de responder a las demandas del mercado laboral". Para los investigadores, el primer boom migratorio, entre mediados de los años 90 y 2008, "se afrontó sin instrumentos administrativos adecuados".

En la actualidad se cuenta con herramientas administrativas "más funcionales, establecidas sobre todo a raíz de las insistentes demandas del mundo empresarial". Con todo, el canal en principio preferible de entrada, "con una autorización previa concedida a través de un proceso de contratación en origen, ha tenido un desarrollo limitado".

Así, la inmigración irregular ha continuado "siendo la principal vía de entrada en el mercado laboral y el régimen migratorio español ha ido adaptándose progresivamente a esta realidad de una forma muy pragmática, estableciendo mecanismos que han facilitado la absorción ordenada de la mano de obra inmigrante, aunque se encuentre en principio en situación irregular, y su regularización en pocos años".

Además de aprobar ocasionales regularizaciones masivas, se ha apostado, según han recordado los investigadores, por facilitar las regularizaciones individuales, permitiendo "que aquellas personas que puedan demostrar algún tipo de arraigo en el país obtengan un permiso de residencia". En la misma línea, se ha optado también por facilitar el "empadronamiento de los inmigrantes sin permiso de residencia, dándoles así acceso a los principales servicios públicos y haciendo menos gravosa su situación inicial de irregularidad".

Asimismo, en el trabajo se hace una visión panorámica de similitudes y diferencias del caso español con otros países europeos, además de Canadá y Estados Unidos. Según la investigación, todos ellos han evolucionado hacía "modelos de inmigración híbridos" que combinan instrumentos de contratación en origen con instrumentos en destino orientados a la demanda del mercado laboral.

Así, según apuntan los investigadores, países como Alemania y Canadá buscan atraer migrantes muy cualificados o de cualificación intermedia a través del sistema de puntos o la Blue Card. En cambio, este tipo de inmigración es minoritaria en países como Italia y España, donde el mercado laboral demanda principalmente ocupaciones poco cualificadas.

Según confirman los investigadores, España e Italia han intentado combinar la contratación en origen con la lucha contra la inmigración irregular a través de la cooperación bilateral con terceros países, ofreciendo, en algunos casos, cuotas de trabajadores a los países dispuestos a cooperar en la prevención de la inmigración irregular. Sin embargo, tanto en Italia como en España este sistema de "cuotas privilegiadas no ha funcionado bien", recoge la investigación.

En el trabajo, los autores analizan el barómetro mensual del CIS y ponen de manifiesto que el ranking de problemas prioritarios para la población española contenido en el mismo, "si bien orienta sobre la notoriedad relativa de la inmigración como problema social y político, no puede desempeñar una función informativa sobre las actitudes de la población hacia la inmigración por problemas de diseño".

En su opinión, la configuración del cuestionario y de las preguntas "distorsiona el resultado, como ocurrió en septiembre de 2024 cuando se señaló a la inmigración como el problema prioritario de España para pasar al octavo puesto solo dos meses después". En su opinión, "ello no es óbice para que sí se observe un movimiento más tendencial de repunte, en fechas recientes, de la percepción de la inmigración como problema político de máxima prioridad", han concluido los investigadores.

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