Actualizado 08/04/2009 11:20

Francia limita la inmigración laboral por la crisis económica

Reuters

La tasa de paro de los extranjeros no

comunitarios es del 22 por ciento

PARIS, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, considera que en el actual contexto de crisis económica, y teniendo en cuenta que la tasa de paro de los extranjeros no comunitarios es del 22 por ciento, debe "descartarse firmemente" toda perspectiva de relanzar de manera "global, masiva e indiferenciada" la inmigración laboral.

"La prioridad absoluta debe ser que el empleo vuelva a las personas que se ven privado de él en Francia", señala el jefe del Estado galo en una carta firmada también por el primer ministro, François Fillon, sobre los objetivos de la política migratoria remitida al titular del Departamento, Eric Besson, fechada el 31 de marzo y difundida este martes por el Elíseo.

Así pues, pide que sólo se recurra a la emigración laboral en dos casos concretos. En primer lugar, cuando las empresas se enfrenten a un problema "estructural, duradero y cierto" de mano de obra en el mercado laboral francés y comunitario, "evitando cualquier exclusión de las personas privadas de empleo en el mercado francés".

En segundo lugar, cuando se trate de personas cuya entrada en Francia se compruebe que será "favorable" para el dinamismo económico y la creación de empleo en el país. Además, Sarkozy reclama que la inmigración profesional se tenga en cuenta desde el punto de vista estadístico en todas sus formas: trabajadores extranjeros, trabajadores temporales y fichas de 'competencias y cualidades'.

Entre las prioridades que se fijan en esa 'hoja de ruta' figura igualmente reforzar la lucha contra la inmigración irregular insistiendo especialmente en la represión del tráfico de personas. En este sentido, subraya que las regularizaciones deben mantener un caracter "excepcional" y los irregulares deben de abandonar Francia o ser expulsados.

Así, el objetivo a alcanzar es de 27.000 expulsiones o regresos voluntarios y hacer más eficaz el instrumento del retorno voluntario, mecanismo al cual se acogió un tercio de los irregulares en 2008 para volver a sus países de origen. Además, pretende que se estudien todas las iniciativa que optimicen el uso biométrico para reducir el fraude en la concesión de visados de corta duración.

El combate contra las mafias también se reforzará y para ello habrá que superar el número de 4.300 detenciones registrado en 2008 y alcanzar este año la cifra de 5.000. Otro objetivo cifrado será el de aumentar a un mínimo de 1.500 el número de operaciones conjuntas de control para reprimir la contratación de mano de obra ilegal. De igual forma, tendrá que buscarse un "equilibrio" entre inmigración profesional y familiar y luchar contra los matrimonios de conveniencia.

Entre las misiones encomendadas a Besson figura la de acentuar los esfuerzos para acoger anualmente al menos 50.000 estudiantes extranjeros diversificando las fuentes de reclutamiento por todo el mundo.

La idea es que un 70% de estos alumnos se formen en las disciplinas indispensables para el desarrollo económico de sus países de origen y se dé prioridad al regreso a sus países, aunque se les garantiza que puedan moverse por Francia sin trabas.

Para reafirmar la política de asilo, el objetivo será luchar contra las peticiones "abusivas y fraudulentas" y, de manera general, contra el uso del procedimiento de asilo para fines de emigración económica.

Otra de las prioridades será poner en marcha una nueva política de integración --a la vista de que las que se han aplicado desde hace 30 años no han conseguido sus objetivos--que descansará en tres pilares: compartir la lengua francesa y los valores republicanos, el trabajo y la vivienda.

Las metas de esta política tendrán que debatirse en el Parlamento anualmente a partir de 2010 basándose en un informe del Gobierno sobre las capacidades de acogida del país en materia de empleo y vivienda. Sarkozy quiere disponer este año de estadísticas mejores sobre inmigración e integración que proporcionen una estimación coherente del saldo migratorio y de la contribución de esta población en la economía y la sociedad francesa.

El Ministerio tendrá que hacer un "seguimiento individualizado" del proceso de integración y, como ya se había adelantado, la concesión del visado de larga duración estará condicionado al aprendizaje del francés y los valores de la República, y al menos el 90% de los inmigrantes que llegan por primera vez a Francia tienen que lograr superar un examen de francés inicial.

Habrá también que adoptar medidas para facilitar el acceso laboral a los emigrantes y poner fin al fenómeno del paro masivo de los extranjeros en Francia, así como una política de lucha contra la concentración urbana de la población inmigrante.

IDENTIDAD NACIONAL

En el "corazón" de esta política tiene que situarse la promoción de la identidad nacional y por lo tanto, llevar a cabo un trabajo "abierto y sin tabúes" de reafirmación de lo que significa hoy "ser francés", que se debe dirigir tanto a los inmigrantes como a los franceses.

El Ministerio que encabeza Besson será así el encargado de "reforzar" el lugar de los símbolos" de la República, su lengua, su bandera, su himno y los valores de 'libertad, igualdad y fraternidad' en colegios y lugares públicos, tanto en la vida cotidiana como en los grandes acontecimientos.

Sarkozy recuerda en la misiva que la nación francesa es "mestiza" y que la inmigración es una fuente de riqueza permanente de la identidad nacional o que 100.000 extranjeros adquieren cada año la nacionalidad francesa, lo que supone el 4,4% de la población extranjera frente al 2,2% en España o el 1,6% en Alemania.

Finalmente, se busca de aquí a 2012 extender a 20 países los acuerdos de cooperación para la gestión concertada de los flujos migratorios, así como favorecer la orientación del ahorro de los inmigrantes hacia proyectos que puedan contribuir al desarrollo de sus países de origen.