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MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Madrina ha alertado alerta de la situación de los refugiados ucranianos que se encuentran en España y que, según la organización, han pasado "de la guerra a dormir en la calle", en muchos casos, acompañados de sus hijos menores de edad.
Según la fundación, la escalada del conflicto ha intensificado el flujo de refugiados hacia Europa y "algunos países que antes les abrían las puertas ahora están empezando a cerrarlas". En este punto, cita los casos de Polonia, que afirma ha comenzado a dificultar el paso fronterizo, mientras que Alemania y otros países han señalado que "la ayuda se agota" y piden a los refugiados "regresar a Ucrania".
Actualmente, según la fundación, ocho millones de personas se han desplazado por la guerra, de los que 3,5 millones son menores de edad y cerca de un millón son mujeres embarazadas. En España, cifra en 175.123 las personas con protección temporal por la guerra en Ucrania, de los que 58.434 son menores de edad.
En ese contexto, la organización denuncia que aunque muchos refugiados ucranianos llegan a España "buscando un lugar seguro donde rehacer sus vidas", las instituciones estatales designadas para su acogida "no están cumpliendo con su cometido" por lo que las familias "se encuentran con una falta de recursos" y "ausencia de apoyo básico" como comida, transporte o la esperanza de una pronta acogida.
Ante esta situación, alerta de una falta de recursos por parte de la administración y pide que se liberen fondos para poder atender a las personas que están llegando a España. Además, Madrina ha hecho un llamamiento a la sociedad civil, especialmente a los hoteles y familias de España, "de nuevo", para acoger y contener esta nueva "crisis humanitaria".
"No podemos permitir que la indiferencia se apodere de nosotros. Es hora de actuar con diligencia y solidaridad. Los refugiados ucranianos necesitan nuestro apoyo", ha apostillado. "No podemos mirar hacia otro lado", añaden.
UN NUEVO COMIENZO EN ESPAÑA
Entre los miles de refugiados que buscan refugio en países vecinos se encuentran Olga, Yuri y su hija Anna, de 20 años, una familia de peluqueros que se vio obligada a huir de su ciudad natal, Zaporozhye, debido a la guerra. En noviembre, según ha indicado la fundación, se refugiaron en Alemania, pero las condiciones precarias y la violencia en el lugar los llevaron a buscar un nuevo destino.
"No me gustó estar en Alemania --relata Olga--. Las condiciones eran malas, los niños estaban enfermos y la violencia era constante. Decidimos mudarnos a España con la esperanza de encontrar un futuro mejor".
La familia viajó durante dos días en autobús hasta llegar a Madrid. Sin embargo, relata Madrina, al no tener la Sección 24 cerrada en su documentación, no fueron admitidos en el centro de refugiados. En ese momento, la Fundación intervino para brindar su apoyo y les proporcionó alojamiento temporal, alimentación y asistencia social. Además, gracias a la colaboración con una peluquería local, Anna podrá realizar prácticas y desarrollar su sueño de convertirse en peluquera canina.
"Estamos muy agradecidos por la ayuda que hemos recibido de la Fundación Madrina. Nos han dado una nueva esperanza en un momento muy difícil", afirma Olga.