ONG jesuitas culpan de lo ocurrido en Melilla a la "política migratoria deshumanizadora"

   MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Servicio Jesuita de Migrantes (SJM), Entrecultura y Alboan han lamentado "profundamente" la muerte de una veintena de personas durante el salto a la valla de Melilla que se registró el pasado viernes, 24 de junio, y culpan de estos sucesos a la "política migratoria deshumanizadora".

   A través de un comunicado, estas entidades critican que, en las imágenes grabadas en el lado marroquí de la frontera se aprecia la dureza del dispositivo policial y un trato inhumano para repeler este intento de acceso", unos hechos que han calificado de "preocupantes" porque "pueden suponer vulneraciones de derechos humanos".

   Además, apuntan que, "como ha sucedido en situaciones similares previas", en el lado español se han observado "rechazos en frontera de personas lesionadas" y de posibles menores de edad. "Todas con más que probable perfil de protección internacional", han declarado.

   El SJM, Entreculturas y Alboan demandan al Gobierno de España que "se valga de los canales diplomáticos para que las autoridades marroquíes abran una investigación rigurosa que aclare las circunstancias en las que estas personas han perdido la vida en la frontera, así como la identificación de las personas fallecidas y la puesta en conocimiento a sus familiares".

INSUFICIENCIA DE VÍAS LEGALES Y SEGURAS

   "Lo acontecido en la frontera de Melilla es consecuencia de una política migratoria y de gestión de las fronteras inhumana e irresponsable", han insistido en el comunicado, en donde también denuncian la "insuficiencia de vías seguras y legales eficaces para acceder al territorio europeo y a la protección internacional".

   Desde las ONG señalan que están acompañando y prestando asistencia letrada a algunos de los jóvenes que consiguieron llegar al CETI de Melilla el pasado viernes, cuya voluntad de solicitar protección internacional, según han señalado, está siendo respetada y actualmente tramitada.

   En este sentido, han explicado que la mayoría de los jóvenes proceden de Sudán, un país inmerso en una grave crisis social y con altas tasas de reconocimiento de protección por parte de España.