Actualizado 12/11/2007 16:03

Un centenar de compañeros del joven asesinado en el metro de Madrid se concentran a las puertas del que fue su Instituto

"Le que podía haberle pasado a cualquiera", dijo un amigo del asesinado

MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

Un centenar de jóvenes del Instituto Tirso de Molina de Vallecas, donde estudió ayer el joven asesinado por un presunto neonazi en el Metro de Legazpi, se concentraron hoy a las puertas del Colegio para manifestar su repulsa por la agresión mortal.

Los amigos de Carlos pidieron esta mañana a la Junta Municipal del Distrito y al Colegio Escolar el decreto de un día de luto por lo sucedido, pero éstos se negaron, según sus testimonios, ya que el joven ya no asistía a las clases del centro.

Los alumnos del centro decidieron hoy no ir a clase en señal de duelo por la muerte del su ex compañero e informaron se concentrarán mañana por la mañana en las puertas del centro para preparar las actuaciones en su honor. También pidieron a la ciudadanía la asistencia masiva a la concentración convocada contra este suceso hoy a las 20.00 horas en la Puerta del Sol.

El joven, que habría dejado de estudiar hace dos años, había tenido empleos temporales y en la actualidad buscaba trabajo. Según la versión de cuatro amigos de Carlos, con los que ayer se dirigía a protestar contra la manifestación de Democracia Nacional "los hechos no son fruto de una reyerta entre bandas como se ha dicho, sino de la agresión de un solo individuo contra otro que lo eligió aleatoriamente y sin previa provocación".

"Nosotros íbamos a la manifestación en la avenida de Cádiz contra el racismo, sabiendo que allí iban a concentrarse los partidarios de Democracia Nacional. Lo que queríamos era hacer ver a la gente que nosotros no vamos a permitir que en un barrio obrero unos nazis se pongan a montar una manifestación contra la inmigración", indicaron.

Una chica de 16 años, que quiere mantener el anonimato, que acompañaba a Carlos en el momento de la agresión, manifestó a Europa Press que cuando entraron al tren en la estación de Legazpi un joven, sin mediar palabra, asestó varias puñaladas con un cuchillo de grandes dimensiones al primer chico que vio, y acabó con la vida de acabó con la vida del muchacho y provocó heridas muy graves a otro.

"Eramos 200 personas en un vagón corrido, sin compartimentos. Cuando entramos vimos al agresor, que iba solo, parecía psicópata y llevaba estética y una camiseta de una marca que usan los nazis. Entonces dijimos entre nosotros 'No vamos a hacerle nada', pero él se abalanzó con frialdad y apuñaló a nuestros compañeros. Ni le provocamos ni le dijimos nada", agregó.

Después del suceso, el agresor amenazó al resto de los viandantes y salió al andén. En ese momento empezaron a increparle, a tirarle objetos e intentaron reducirle, pero él subió rápidamente al vestíbulo de la estación, donde le fue apresado por la Policía, siguiendo la versión de la amiga.

Posteriormente, otro de los compañeros de Carlos llamó a la Policía y al Samur. "Una vez llegaron los sanitarios, decidimos ir a nuestra manifestación, pero al salir del Metro la policía empezó a cargar contra nosotros y otro amigo, que ahora está detenido, recibió un pelotazo que le provocó un coágulo en la cabeza", destacó el compañero del fallecido.

CARLOS, UN CHICO 'CACHONDO' Y COMPROMETIDO

Por otro lado, varios amigos y ex compañero concentrados hoy en el instituto afirmaron a Europa Press que Carlos era un chico normal, simpático, 'cachondo' y comprometido con sus ideas antifascistas y antiracistas, "como todos los de este barrio obrero". "No pertenecía a ningún grupo de red skin, era un chico normal, que se reunía con sus amigos en el parque de las Tetas, o en el de Azorín", agregaron.

El fallecido vivía con su madre y su abuela en la zona de Alto del Arenal. Acudía frecuentemente, junto a sus compañeros, a manifestaciones antifascistas. Tenía una pequeña barba y en el momento de los hechos, vestía con un chándal oscuro, una deportivas, una chaqueta y una gorra y portaba una chapita anfifascista.

"Que quede muy claro que éste no es una reyerta entre bandas, sino el asesinato unilateral de un nazi contra un chaval normal, que podía haberle pasado a cualquiera. Me fastidia que estén equiparando a los nazis con los antifascistas", añadió otro amigo del joven apuñalado.

Por último, los compañeros de Carlos pidieron la prohibición de manifestaciones con lemas racistas o de ideología ultraderechista y solicitaron la ilegalización de este tipo de partidos políticos, "como se ha hecho en Alemania, y como se hizo aquí con Batasuna".