Publicado 09/04/2014 15:48

Cañete, el ministro que come yogures caducados y se ducha con agua fría

Arias Cañete
EUROPA PRESS

MADRID 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

El nuevo candidato del PP a las elecciones europeas, Miguel Arias Cañete, se ha caracterizado durante su etapa al frente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, por explicar de forma llana las problemáticas de su departamento y las soluciones a adoptar.

"Yo me peleo con mis hijos porque abro la nevera y me como un yogur con una fecha de cinco días más tarde y no me sienta mal", bromeó el ministro en octubre de 2013 para ilustrar que el Ejecutivo estaba buscando un sistema de etiquetado de productos más sofisticado para evitar el desperdicio de alimentos en la cadena alimentaria, en un comentario que ya es mítico.

Meses antes, arrancaba la sonrisa de los asistentes a un acto sobre Clima al asegurar que se duchaba con agua fría. Arias Cañete admitía entonces que había sido "un derrochador de agua", hasta que el presidente del Gobierno le hizo "ministro encargado del agua en España", de modo que ahora incluso prefería ducharse "con agua fría, antes de consumir medio litro más".

Sólo un día después hizo la misma recomendación en otro acto junto con a la comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, porque, según explicó, "mientras se espera a que salga agua caliente, se desperdicia mucha agua". Sin embargo, la responsable europea le replicó que ella no estaba "dispuesta a renunciar" a sus duchas de agua caliente". "Es lo último que estaría dispuesta a hacer", indicó Hedegaard.

HA COMIDO INSECTOS

Un mes después, en mayo, reconocía que había consumido insectos pero que, antes de hacerlo de forma habitual, era partidario del consumo de otros alimentos "más sabrosos y con una presentación más atractiva", después de que los organismos internacionales hicieran una recomendación para que se utilizaran como alimentos ante una posible escasez.

Y es que al ministro le preocupa el desperdicio de alimentos. Así lo reflejo el pasado mes de diciembre cuando se refirió a la falta de cultura de una economía de los alimentos. "Se desperdicia en todo --dijo--. Antiguamente, cuando se hacía una comida, luego se usaba para las croquetas, se hacía un caldito... Había menos desperdicio y un control de existencia en la nevera".

No sólo eso, recomendó una costumbre más anglosajona que consiste en pedir para llevar la comida que no se termina en un restaurante cuando se puso en marcha una campaña en este sentido por parte de los restauradores. "Cuando uno va a un restaurante y le dan un magnífico filete de ternera o un chuletón de Ávila y no se lo come todo, se lo puede llevar a casa, le da un calentón y se lo come", puso como ejemplo.

TAMBIÉN CON EL PLAN HIDROLÓGICO

El ministro ya había dado muestras de su facilidad discursiva en su anterior etapa en el Gobierno, cuando en el año 2000, también como ministro de Agricultura en el Gobierno de José María Aznar, aseguró que el Plan Hidrológico se aprobaría en aquella legislatura "por cojones".

En esta ocasión, sin embargo, el ministro no sabía que estaba siendo grabado porque formaban parte de una conversación que el ministro mantenía con una serie de agricultores murcianos durante la inauguración de unas obras de modernización de regadíos en Jumilla.