La compañía farmacéutica Merck Sharp & Dohme (MSD) cuenta desde hace años con una política de responsabilidad social corporativa que le ha convertido en abanderada del sector en materia de RSC. La directora de este área en España, Alicia Granados, analiza los avances registrados en los últimos años, no sólo en aspectos sanitarios sino en otros relacionados con el medio ambiente o el desarrollo.
-. El compromiso de Merck Sharp & Dohme con la ética y la responsabilidad social se refleja en la Fundación Merck, vigente desde hace 50 años. ¿Qué balance hace de su actuación y qué nuevos proyectos tienen previstos?
MSD empezó a ser socialmente responsable antes de que se acuñara este término, un concepto que se va extendiendo como una mancha de aceite en la compañía. La Fundación ha donado desde su creación más de 480 millones de dólares (cerca de 750 millones de euros) en apoyo a iniciativas que abordan necesidades sociales diversas.
Uno de los proyectos más destacados es el Instituto Merck para la Educación Cientifica. Se creó en el año 1993 y ha recibido numerosos premios porque trabaja para mejorar la educación científica, fomentando el conocimiento de contenidos específicos y desarrollando capacidades pedagógicas a través de talleres.
De cara al futuro, queremos potenciar la protección de la salud de los refugiados o desarrollar un programa de defensores del medio ambiente. Contamos con otras muchas iniciativas ya que tenemos una filosofía de innovación cultural. Hasta ahora, las sociedades tendían a ver a empresas y gobiernos como antagonistas naturales. Sin embargo, ahora están surgiendo muchas oportunidades a nivel global y local de cooperación y colaboración, sobre todo en salud pública y en países en vías de desarrollo.
-. Otro de los baluartes de MSD es el programa mundial 'Nuestros valores y normas', una especie de código de conducta ética en los negocios. ¿Podría detallar sus líneas generales?
Para poner en marcha este programa hay que tener en cuenta el proceso ultraparticipativo de todos los estamentos de la compañía a través de un marco de actuación. No se trata de crear un código, colgarlo en la web y quedarnos tan tranquilos. También hay que crear una oficina ética para velar por su cumplimiento, lo que se traduce en el slogan 'Open mind, open door'.
-. ¿Qué papel tendrá en la promoción de la RSC el recientemente creado Consejo Estatal de RSE por parte del Gobierno?
La creación del Consejo me parece loable porque las Administraciones se tienen que involucrar. Las empresas han sido las pioneras porque la RSC es un modelo de gestión, una manera de hacer bien los negocios pero, ¿cómo?. Pues a través del crecimiento sostenible, ya que todo se tiene que medir y demostrar. El riesgo radica en quedarse en la fachada y de ahí la importante labor de asociaciones como Forética a través de la SGE21, que demuestra cómo pasar del discurso a la acción y cómo se puede medir.
-. Precisamente, MSD acaba de asumir la presidencia de Forética durante los próximos dos años. Próximamente se lanzará una nueva versión del sistema de certificación SGE 21, único en Europa, que facilita la implantación, seguimiento y evaluación de conductas socialmente responsables. ¿Nos puede adelantar algunas de sus características?
A pesar de que la futura SGE21 mantiene el carácter 'multistakeholder' de la norma, las dos principales modificaciones están encaminadas a garantizar la adecuación y actualización de esta herramienta, así como establecer otras mejoras como la reestructuración de los contenidos para facilitar su comprensión e implantación. Así, la nueva versión pone de manifiesto la relación de la organización con los grupos de decisión, y establece criterios que deben ser desarrollados por códigos de conducta y supervisados por un Comité de Cesión ética y de RSC.
La nueva SGE21 será muy completa y tendrá en cuenta aspectos concretos como la promoción de la accesibilidad tanto en los productos como en los servicios e instalaciones, lo que implica poner en marcha acciones concretas; la gestión de la diversidad (de cualquier tipo, ya sea cultural, étnica o intergeneracional); el control del cumplimiento de los Derechos Humanos; y estrategias contra el cambio climático ya que, aunque ya existía una estrategia ambiental, ahora se habla explícitamente de este asunto, como ocurre en el caso de la transparencia financiera.
Otro aspecto interesante son los proveedores, el favorecimiento de las compras responsables a través de una metodología de evaluación y el fomento de las buenas practicas. Tenemos que tener en cuenta que el número de empresas está creciendo lo que ha generado muchas expectativas.
-. En colaboración con Forética, MSD posee el premio MSD-Forética, que promueve los estudios de investigación sobre gestión responsable y ética de los negocios. ¿Cuántas candidaturas se han presentado este año?
Se trata de una iniciativa pionera que entrega sus premios el próximo mes de septiembre. De cara a próximas ediciones, hay tendencia de internacionalización con el objetivo de poder ampliar el concurso a empresas europeas y latinoamericanas.
El año pasado, optaron al premio 15 trabajos y lo cierto es que, cada año, la calidad es más excelente. Existe una sensibilidad de las empresas, tanto públicas como privadas, para que sean responsables en la ética y en la gestión, conceptos que se entienden no sólo como un comportamiento opcional sino como una exigencia que la sociedad tiene todo el derecho de exigir.