Ponencia ofrecida por Javier Urra, doctor en Psicología con la especialidad de Clínica y psicólogo Forense de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores de Madrid, en los cursos de la Universidad Complutense de Madrid El Escorial sobre la situación de los menores que están expuestos a la violencia contra sus madres.
Algunos datos:
1. El 63% de los hijos presencian episodios de violencia, de ellos el 64% sufrió violencia por parte de la pareja de la madre, según el Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad. En 2013, seis menores fueron víctimas mortales por violencia de género y en 2014, fueron cuatro. Hasta julio de 2015 se cuenta una víctima mortal.
2. El 25% de jóvenes de 16 a 19 años sufrió violencia psicológica de control en el último año. El porcentaje en el grupo de 20 a 24 años es del 19%. En el grupo de 25 a 29 años, de 14%, y esa cifra sigue descendiendo según aumenta la edad, con la misma fuente.
3. Seis de cada 10 adolescentes víctimas de violencia de género sufren acoso a través del teléfono móvil y las redes sociales. Un 50% no es consciente de que está sufriendo dicha violencia. Tema que ha preocupado al Senado que ha publicado recientemente las recomendaciones de diversos expertos para prevenir e intervenir en estas situaciones.
4. No son pocos los jóvenes que confunden el acoso con preocupación e interés. Resulta reseñable la alta frecuencia de violencia psicológica y la dificultad de la víctima para identificar el chantaje, el control del tiempo, del dinero, de las relaciones, de las formas de vestir.
Consideraciones:
1. Menores expuestos a violencia de género en el hogar. Quien vivencia en sus figuras de pertenencia la violencia de género, sin duda, es víctima. Si bien, y esto es muy importante, no necesariamente heredará el ser agresor.
2. Banalización de la violencia en el ambiente: Cuando paro en un restaurante de carretera y en la televisión se informa de que una mujer ha muerto a manos de su pareja o expareja, no es inusual oír "algo habrá hecho". Si te das la vuelta y le miras, te dice "es broma". No es broma. Lo dice porque lo piensa.
3. La equivocada interiorización de la Posesión: Hay quien dice "es mi mujer" y se lo cree, como suya, escuchen algunas canciones mexicanas o algunas de rap. En los jóvenes de hoy, el 32% conciben los celos como una prueba inequívoca de amor, cuando es amor propio.
En el programa recURRA-GINSO que tengo el honor de presidir, nos encontramos con chicas que nos dicen: "me acuesto con mi novio, porque sino lo hará con otra". Tenemos un número significativo de chicas que tiene gran problema con su imagen, se critican.
4. Narcisismo: Digamos lo que digamos, anteponemos "mi yo". No estamos preparando a los actuales jóvenes para la ruptura y eso que ya hoy el 50% de las parejas rompen. Sigue primando la propia imagen, la incapacidad para aceptar la frustración, la valoración del qué dirán (sobre todo, "si me dejan").
Debemos reseñar también el peligroso uso de la red sin valorar lo que significa humillar. Por ejemplo, colgar en la red "mi pareja pegó un gatillazo" supone que no se reserva la intimidad y sin desearlo y sin que esto sea una explicación se incendia la violencia emocional.
5. ¿Trastorno mental transitorio o lo hice porque lo quería hacer?
Existe una manifiesta diferencia en la forma de conducirse de un violador, que actúa a oscuras y donde entiende es difícil detenerle. A quien asesina a su pareja, de día, en la plaza pública, el cual ya anticipa que se entregará o suicidará. Es más, si le preguntamos en prisión si volvería a hacerlo, la respuesta mayoritaria es: SI.
En este sentido. Hemos de preguntarnos si la medida de distanciamiento puede cumplir su objetivo.
6. Según el Observatorio para la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial en 2014 se interpusieron 127.000 denuncias por violencia de género. Son muchas las mujeres que una vez interpuesta la denuncia deciden retirarla. Hay que tener mucho cuidado con desacreditar a las víctimas o incluso culpabilizarlas.
7. Errores perceptivos de los jóvenes, hay algunos ejemplos: "El problema de la violencia de género es un problema de adultos". "Mi novio es un malote, pero conseguiré que cambie". "Si yo daría la vida por ella, ella tiene que corresponderme de igual manera".
8. Utilización bastarda de los hijos: Malmeter. Inocular desconfianza. Hablar mal del otro progenitor.
9. Un progenitor va a la cárcel. La vivencia de los hijos es de incomprensión, de incapacidad para aceptar, hay muchos interrogantes no formulados, muchos sentimientos silenciados.
10. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), un total de 576 menores de 18 años figuran en el registro central del Ministerio de Justicia en 2014 (un 15,4% más que el año anterior). Es esencial entender que las mujeres menores y las mayores de 65 años, presentan una mayor vulnerabilidad a la violencia, en el caso de las menores por su inmadurez, el inicio temprano de las relaciones sentimentales y la falta de educación para percibir los primeros signos de maltrato.
En 2014 aumentó un 18% la cifra de maltratadores menores de edad. Entre los que tenían entre 18 y 19 años la subida fue del 13%. La inmensa mayoría nacidos en España. Al menos uno de cada 5 víctimas de violencia doméstica en España es menor de edad. Si bien, en términos relativos la mayor tasa se da en las chicas de 18 y 19 años.
11. Hijos que agreden a madres. Por distintas características, no podríamos decir que se trata específicamente de violencia de género. Pero es más que posible y probable que el día de mañana agreda a su pareja.
12. Hay mucho que hacer: Bien está que en Junio del 2015 existieran 16.000 mujeres con protección policial, y 700 dispositivos electrónicos de seguimiento activos. Así como 5.200 contratos bonificados a mujeres víctimas de violencia, 24.000 perceptoras de la Renta Activa de Inserción, y 20.200 de ayudas para cambio de residencia. Pero precisamos educar en lo más profundo, arrancar la raíces del problema que se llaman sentimiento de posesión; incapacidad para aceptar la ruptura; yo hipertrofiado.
Actuemos, intervengamos, presionemos socialmente, legislativamente, judicialmente, pero invirtamos desde todas las áreas en la educación para que todo niño, joven o adulto, sepa consciente y profundamente que pase lo que pase nunca alzará la mano a quien un día dijo querer.