El mundo vive una creciente sobreexplotación de recursos naturales para satisfacer las necesidades de la población mundial, generando con ello una mayor degradación de la naturaleza y un agotamiento de muchas materias primas, lo que a su vez acarrea numerosos problemas sociales, económicos y medioambientales en diversas regiones del mundo.
El esquema de economía lineal basado, principalmente, en la extracción, producción, consumo y desecho, ha llevado al planeta a una situación insostenible, que nos obliga a plantear nuevos esquemas productivos como la economía circular, que aporta una alternativa viable con significativos beneficios para los países, las sociedades, las economías, y por tanto, también para las empresas.
Contexto sobre la economía circular
El informe sobre la brecha en la circularidad 2024 (Circularity Gap Report), de Deloitte y la Fundación Circle Economy, destaca que en los últimos seis años la población mundial consumió más de 500 mil millones de toneladas de materiales, casi tantos como los que se consumieron durante todo el siglo XX.
A pesar de ello, la mayoría de los materiales utilizados en la actividad económica son mayoritariamente primarios, mientras que los "circulares" o "secundarios" han pasado del 9.1% en 2018 al 7.2% en 2023. Otras fuentes, como WWF, señalan que la huella ecológica del consumo equivale a casi dos Planetas Tierra, lo que advierte de la urgencia de un cambio sistémico para mantenernos en los límites planetarios sostenibles.
Muchos estudios especializados nos advierten de los problemas que está generando la sobreexplotación en el mundo, como la escasez de materias primas. A ello se suma la demanda de los consumidores, que piden transformar la economía extractiva y lineal a un modelo circular que cumpla sus principales objetivos, reducir, reutilizar y reciclar, y que vaya más allá en esta transformación: avanzar en conseguir que el residuo se convierta en materia prima, algo en lo que las empresas como protagonistas de la actividad económica tienen un papel clave.
Tanto en España, como en el contexto europeo, se trabajan desde hace años estrategias para impulsar ese cambio y acelerarlo en sectores económicos que, por sus prácticas de producción y consumo, son los que tienen un mayor impacto negativo, como son los de la producción y distribución de alimentos, la industria textil y la construcción, entre otros.
El Grupo ICO y, específicamente la Fundación ICO, trabajan en el desarrollo de las finanzas sostenibles y la economía circular, tanto en el ámbito nacional, como en el europeo, intentando impulsar la financiación destinada al cumplimiento de esos objetivos e ir más allá de las "3Rs" -reducir, reutilizar y reciclar- de la economía circular.
Los avances y los retos de los sectores económicos
El cambio de modelo se promueve también por normativas cada vez más avanzadas en materia de reciclaje, para un mejor tratamiento de residuos, directivas sobre biodiversidad y otras políticas medioambientales que abren la puerta para que las empresas puedan alinear sus procesos con los objetivos de la circularidad en la producción y en el consumo responsables.
Además, hay numerosas iniciativas impulsadas por empresas, entidades sociales y sectoriales que inciden en la reducción del consumo de insumos, en su reciclaje y reutilización, así como en otras prácticas circulares como recolectar, reparar, recuperar, renovar, rediseñar, entre otras acciones, con las que, no solo se hace frente a la escasez de materias primas y se avanza en prácticas más sostenibles medioambientalmente, sino que también se reducen costes y se consigue una producción más eficiente.
Sin embargo, hay numerosos retos que requieren de la colaboración público-privada para avanzar más en esta transición y cuyo tratamiento puede impulsar a un cada vez mayor número de agentes del sector privado a tener una actividad más circular, principalmente a las Pymes.
En el sector textil persiste la necesidad de trabajar más con material reciclado y obtener materiales con bajo impacto en la cadena de producción, por ejemplo, consumiendo menos agua. Se trata también de un ámbito en el que productos específicos de financiación pueden contribuir a impulsar la producción de moda sostenible y, muy importante, un cambio de mentalidad en el consumo a nivel social con modelos de reutilización de la ropa. Así, en España se tiene el reto de desestigmatizar la compra y utilización de ropa de segunda mano y acercar la oferta que ya existe con la demanda. Por ejemplo, actualmente existen unas 300 tiendas de venta de ropa usada que son gestionadas por entidades sociales, frente a las 11.000 que hay en Reino Unido.
La industria de la construcción es clave por su consumo de materiales, generación de residuos y el impacto de los edificios en la eficiencia energética. El sector tiene como retos un mayor uso de materias primas secundarias, la disminución de los vertidos, el aumento del reciclaje y el cuidado del impacto ambiental de las construcciones.
El sector de la alimentación utiliza las mayores cantidades de agua en la agricultura y energía en sus diferentes fases, por lo que el ahorro de ambos se plantea como una necesidad. También la mejora de envasados, la reducción de los desperdicios y del uso de plásticos, la mejora de su reciclaje, la separación de residuos, el impulso del consumo de proximidad y la potenciación de la actividad colaborativa.
Otros sectores también se enfrentan a retos para avanzar en la circularidad, que requerirán cambios regulatorios, la innovación tecnológica, la producción de sus productos y servicios con energías renovables, impulsando con todo ello modelos de negocio atractivos y que generen más y mejores empleos.
Como parte de este cambio necesario, el ICO como banco nacional de promoción, tiene el compromiso de que al menos el 40% de la nueva financiación que conceda en el período 2022-2027 sea sostenible. Con este objetivo, se están desarrollando -entre otras acciones- líneas e iniciativas conjuntas con otros bancos nacionales de promoción europeos orientadas a financiar proyectos que promueven la economía circular. Esta labor se complementa y potencia con la actividad que está llevando a cabo la Fundación ICO para acercar a las Pymes a procesos más sostenibles y circulares.
En este ámbito de actuación, recientemente ha tenido lugar la presentación del cuarto número del Cuaderno de Finanzas Sostenibles y Economía Circular 1 , dedicado a analizar la Economía Circular desde varios enfoques, mostrando experiencias y buenas prácticas de circularidad de los agentes empresariales, sociales e institucionales, y tratando de llegar a muchos otros actores que aún no están inmersos en este proceso.
El verdadero cambio de modelo no se materializará hasta que un mayor número de empresas adopten procesos de producción circular y se asiente en la sociedad una conciencia de consumo responsable en esa línea. Solo así lograremos avanzar en el equilibrio que el planeta nos exige, y poder asegurar el bienestar de las futuras generaciones, consiguiendo además que las empresas tengan buenos resultados con modelos de producción sostenibles, de modo que, como se dice en inglés puedan 'do well by doing good'.
Lucinio Muñoz es director de la Fundación ICO